Los tedescos debutan ante Arabia con escasas opciones
Alemania, la rebaja de los ídolos
Michael Ballack se ha convertido en un jugador tan imprescindible para Alemania que, a pesar de no estar completamente recuperado de su lesión en el pie derecho, no quiere perderse este sábado el estreno de su selección en el Mundial contra Arabia Saudí (13:30 horas en España). La estrella de la selección germana y del Bayer Leverkusen todavía tiene dolores, pero incluso está dispuesto a tomar calmantes para no faltar a la cita de Sapporo, donde Alemania se juega mucho más que el prestigio. Alemania no podrá contar en este Mundial con los lesionados Scholl ni Deisler, y las esperanzas de la selección de Rudi Voeller en el centro del campo pasan por el talento de Ballack, que asume su papel de líder y su responsabilidad en el equipo nacional y es consciente de que los aficionados del país viven pendiente de su estado físico. «Pero yo no estoy solo en esto, y hay otros jugadores que también aceptarán esta carga sobre sus hombros por el bien del fútbol alemán», aclara Ballack, que aunque reconoce que «Alemania ya no es un gran equipo», sí destaca que «tiene fuerza y como bloque puede mover montañas». Voeller ha enseñado a sus jugadores varios vídeos de partidos de Arabia Saudí, pero aunque Ballack admite que no tiene demasiado conocimiento del primer rival, está convencido de que si Alemania impone un alto ritmo de juego puede tener un gran comienzo mundialista. Su deseo es que Alemania rinda como en su primer partido del Mundial de 1990, en el que no sólo ganó por 4-1 a Yugoslavia, sino que ofreció un juego muy atractivo. «Allí mostramos un fútbol ofensivo y valiente», recuerda Ballack, orgulloso de aquella selección que conquistó el título del mundo en Italia. A pesar de que ya nadie apuesta por una Alemania campeona, Ballack sí es optimista.