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Publicado por
León

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Dinamarca, que se alista para cumplir desde hoy, su tercera cita mundialista, quiere demostrar desde el partido contra Uruguay que su selección se ha liberado de la adicción casi química que causó en la última década el fútbol de los hermanos Laudrup y el portero Schmeichel. Para cumplir el reto, el entrenador Morten Olsen ha estructurado un equipo con dos líneas de cuatro hombres apostadas en la defensa y la mitad de la cancha. La primera con Jan Heinte y Martin Laursen por la derecha, y por la izquierda con Rene Henriksen y Thomas Helveg. La segunda con Dennis Rommedahl, Niclas Jensen, Thomas Gravesen, Tomasson y Jesper Gronkjaer. El equipo despliega un juego compacto para disfrazar algunos problemas de cobertura en el fondo como la lentitud de Laursen. Todos buscan de primer toque pases profundos para Ebbe Sand y Jon Dahs Tomasson. Sus altibajos comenzaron en 1984. En 1992 las acciones del equipo rojiblanco se dispararon gracias a la suerte. La guerra de los Balcanes obligó al equipo yugoslavo a ceder su plaza. En tiempo récord montó una estructura lo suficientemente fuerte para lograr el campeonato. Pero la gloria fue flor de un día, o mejor, de ese año, porque la ausencia del Mundial de Estados Unidos''94 obligó a los daneses a postergar al sueño hasta Francia.