Brasil sale indemne de un mal trago

El esperado debut de Brasil defraudó incluso a los brasileños. Les gusta tanto el fútbol y están tan acostumbrado a jugar bien y ganar que cuando ganan jugando mal no terminan de sentirse satisfechos. Y desde luego el juego desarrollado por su selección en su estreno mundialista ha dejado mucho que desear. Por lo visto ante Turquía, estamos ante una selección que ataca mucho y mal y defiende poco y peor. Sí, Brasil ataca con todo, pero desperdicia demasiadas ocasiones, lo que puede pagar caro cuando enfrente esté un equipo un poco más atrevido que Turquía. Lo de atrás es un problema de nacimiento. La realidad es que Brasil no jugó bien y ganó de penalti injusto. El árbitro, un coreano que demostró tener los conocimientos justos de la materia, señaló como penalti una acción que se había producido fuera de área. Quedaban dos minutos para terminar el partido y Rivaldo no falló. Acertó con su remate y salvó el estreno de su selección en cuanto a resultado se refiere, que no en cuanto a juego. Sería injusto no decir que a pesar de no jugar bien, el equipo de Scolari llevó toda la iniciativa del juego desde el primer minuto. Con Ronaldinho, Ronaldo y Rivaldo en punta, salió en tromba, pero Turquía le paró los pies con un buen planteamiento defensivo. Con cinco hombres atrás y cuatro en el medio campo se hizo fuerte en torno a su portero, el veterano Rustu. Brasil fue creando ocasiones. Es imposible que no lo haga con el caudal ofensivo que presenta, pero Ronaldo, Ronaldinho y Rivaldo se complementaron a la perfección a la hora de fallar una y otra vez las ocasiones que creaban, algunas clamorosas. Y como suele pasar en estos casos, en la segunda llegada turca, gol. Una gran acción de Basturk y un terrible remate de Hasan Sas. Avisos y más avisos La segunda parte de la carga brasileña coincidió con la vuelta de vestuarios. No tardó ni medio minuto. Entre Rivaldo y Ronaldo dieron el primer aviso y treinta segundos después, entre los dos se trabajaron el gol del empate. Magnífico el pase del primero y muy bueno el remate del segundo. Ronaldo demostró estar por el buen camino. Sacó a relucir parte de su repertorio y aunque se tuviera que marchar visiblemente cansado antes del final justificó su titularidad. Desde luego, psicológicamente, parece haber superado el trauma de la lesión. Y físicamente va a más. Se atreve a hacer todos los gestos. Esprinta, remata, entra al choque... Hasta que llegó la jugada decisiva, el partido transcurrió por los mismos derroteros. Brasil al ataque y Turquía a la defensiva. Cambió el seleccionador turco el sistema cuando vio que los suyos iban perdiendo fuerza en la presión y el desgaste de algunos hombres como Basturk era absoluto. Lo que no tenían previsto era esa jugada de Luizao, a quien Alpay agarró descaradamente... pero fuera del área. Expulsión, sí; penalti, no. Pero el coreano barrió para el más fuerte y los turcos se lo querían comer. Rivaldo no falló y Brasil sumó tres puntos con los que ya no contaba.