Italia encuentra al delantero centro

La efectividad de los transalpinos marcó el partido y a pesar de que Hernán Gómez había enseñado a sus hombres las virtudes de Vieri, éstos dieron demasiadas facilidades en el inicio, lo cual fue un pecado de juventud mundialista de los ecuatorianos que cuando quisieron darse cuenta de dónde estaban ya iban perdiendo. Los nervios del debut traicionaron a Ecuador. La Tricolor careció de colocación en los primeros minutos y lo pagó muy caro. Los de Gómez se embargaron con la emotividad del ambiente y cuando se dieron cuenta ya había encajado un gol a los siete minutos del partido. Pasó justo lo que El Bolillo no quería, que su equipo encajara un tanto en los primeros veinte minutos y es que el inicio de Vieri y Totti fue brillante. En el minuto 6, una escapada del ''nueve'' italiano fue abortada en el mano a mano por José Francisco Cevallos, pero un minuto después ya no fue igual. Una jugada por la derecha de Totti acabó con una asistencia perfecta a Vieri, quien conectó un certero remate que valió el 1-0 para los italianos. Acusó tanto el golpe Ecuador, que los de la Tricolor estuvieron durante bastante minutos pensando en lo que había ocurrido y así no pudo prácticamente trenzar juego. Sin embargo, todo cambió cuando Ulises de la Cruz, uno de los referentes de los sudamericanos, tomó la responsabilidad. Tan envalentonado se vio a los de la Tricolor, que no repararon en cuál es la mejor arma de los italianos: la rapidez en el contragolpe y de esa manera llegó prácticamente la sentencia del partido. El protagonista fue de nuevo Vieri. El delantero del Inter recibió un magnífico pase lanzado desde 40 metros por Luigi di Biagio y a pesar de que no acertó a la primera, porque Cevallos despejó el balón en primera instancia, tuvo la fortuna de recoger el rechace y marcar a puerta vacía (2-0). En los dos goles, el italiano superó con claridad a Augusto Poroso, quien no pudo hacer nada para frenarlo. El balón, para el rival A pesar del nuevo mazazo, Ecuador no se descompuso e intentó con un juego animoso, aunque careció de pegada. El principal problema que tuvo la Tricolor es que sus líneas estaban demasiado separadas, había mucho espacio entre los centrocampistas, Aguinaga y Delgado, lo que suponía, además, un desgaste extra para el equipo. Mientras tanto, Italia, con todo el viento a favor, se limitó a controlar la situación. El cuarto de hora final se inició con la estruendosa ovación que recibió la entrada en juego de Alessandro del Piero por el romanista Francesco Totti, cerebro por cerebro, lo que demuestra el enorme potencial con el que cuenta Giovanni Trapattoni, un candidato a levantar la Copa del Mundo.