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De la grabación del Himno de la Lucha Leonesa y los Romances el Ayuntamiento de León pasó (anti)olímpicamente. Osea antideportivamente y antileonesamente. Hasta se hubo de recurrir a la Banda Municipal de Astorga. El consistorio leonés (PP/UPL) apuesta más por un autodenominado certamen de tunas e impulsando la venta de discos de Café (descafeinado) Quijano mediante la adquisición municipal de no se cuantos ejemplares. Mientras, la difusión del Himno a la Lucha Leonesa -¡leonesa!- vía municipal, a UPL y PP, a PP y UPL les parece una cuestión menor, casi de andar por casa. En el supuesto de que hayan reparado en ello... o se hayan enterado de que exista un CD donde se exalta nuestra identidad con textos como éstos en su transcurso: «Furia y casta leonesa/han hecho de este deporte inmortal/para orgullo del pueblo/que le dio su identidad/¡lucha leonés!/que la lucha siga viva/por toda la eternidad/y que reine la nobleza/carácter fundamental/que a la tierra leonesa/siempre dio su identidad». En esa línea de desinterés y menosprecio hacia todo lo identificadoramente leonés, no nos extrañaría que nuestros (?) munícipes se planteasen promocionar lo identificadoramente castellano, mediante la divulgación del Himno-plegaria que se promueve desde Burgos: «Madre Castilla, guíanos tu! /será éste siempre nuestro grito; /y tu has de ser la luz/ que al mundo todo inunde de amor y paz./En un abrazo inmenso/y con la frente erguida/ unidos cantaremos/la gloria de Castilla./Flores, luz y espigas/la fecunda tierra con gozo dará;/y hasta el sol haremos llegar/la alegría del trabajo./Vuelve a ser viva antorcha de luz;/aurora que ilumine al mundo;/y nuestro grito será siempre:/¡Madre Castilla, guíanos tu!». Por nuestra parte, y tras la invocación sólo resta soltar el amen. Así las cosas no es de extrañar que los leoneses se agarren ilusionadamente a lo único que desde esta tierra identifica leonesamente y genera ilusión; en clave deportiva y en todas las claves: el Balonmano Ademar y el atleta Manolo Martínez (aun llegando a 2ª lo de la Cultura no llegaría tanto nacional e internacionalmente). Y a ambos símbolos nos enganchamos, como éso, símbolos. Si el pasado 21 en la página 2 de Diario de León se podía leer que «si hay un equipo que ha dado alegría a León ese es el Baloncesto Ademar», más bien cabría decir «si hay un hecho...» o mejor aun «un único hecho» ¡Como para no agarrarse desesperadamente a ello! Lo penoso del caso es que también se agarran a ello los políticos y cogen al vuelo insignias de honor (les gusta tanto «ponerse medallas» como dejárselas poner) y cuantos honores se tercien para capitalizar éxitos y sacar pecho. Y al menos en esta ocasión -¡menos mal!- los ademaristas no se prestaron a acudir a rendir pleitesía a Valladolid y agradecerles sus desvelos en este orden y en todos los demás, ¿no se nos ha llegado a decir, al hijo de la mudanza de Laboratorios Syva, que ofrecer el traslado de una empresa leonesa a Valladolid es defender los intereses de la Comunidad? Claro, de la Comunidad Castellana... con capitalidad vallisoletana: «Santa Rita, Rita, Rita... en León no se da pero se quita» rezaba el expresivo texto de la tira de nuestro compañero Juárez a propósito de lo anterior. Y de lo anterior, y de lo anterior... ¿y de lo futuro? Porque el conformismo cazurro, ni siquiera llega a victimismo, representa el más claro ejemplo del silencio de los borregos. Como contrapunto musical a la «Madre Castilla», el Padre-León a través de la letra del «Himno del Ademar»: Ademar León a la victoria/Ademar León hay que ganar (Ale León, ale León, ale León/la afición de un Campeón/los colores de la bandera/del equipo de nuestra tierra/es la pasión de nuestro corazón/clamor de la afición de todo León/la afición de un Campeón/El sentimiento que hay en mi pecho/de amor por esta Tierra/es la pasión de nuestro corazón/clamor de la afición de todo León/Ademar León a la victoria/...