Estados Unidos noqueó a un rival en clara decadencia
Portugal pierde el paso
Uno en la plenitud, Estados Unidos. Otro en la decadencia, Portugal. Ésta es la conclusión que uno saca de estas dos selecciones después del partido de ayer. Los norteamericanos fueron la pujanza, la fuerza, la potencia, el fútbol sencillo, sin estridencias ni resortes laboriosos, pero con una eficacia evidente. Los portugueses fueron todo lo contrario, la impotencia, la pesadez, la falta de imaginación, la reiteración en sus jugadas y en sus fallos. Sería difícil calibrar donde erró más el equipo de Oliveira si en defensa con un Jorge Costa en claro declive o en ataque donde Pauleta vivió una de sus tardes más negadas. A los cinco minutos ya ganaba Estados Unidos. Y eso puso cada uno más en su papel. Estados Unidos demostró haber traído a este Mundial el mejor equipo desde que compite en la alta competición. Defensivamente se mostró como un conjunto rocoso, que domina el juego aéreo y se defiende cuando le rasean el balón porque sus hombres son fibrosos. En el centro del campo O''Brien manejó el partido a su antojo. Portugal quiso ser fiel a su estilo y se estrelló. Ni Figo, ni Sergio Conceiçao desbordaron por las bandas. Rui Costa tampoco estuvo fino. El segundo tanto estadounidense terminó por hundir a Portugal, que aparentó tener la moral frágil. Fue una carambola, un centro que primero tocó en la espalda de Jorge Costa cambiando la dirección del balón, Vitor Baia no reaccionó a tiempo. En pleno desconcierto, el tercero, en cabezazo a placer de McBride. y despiste de Couto que no saltó y de Beto, que no cerró. Principio de la reacción Fue Beto quien acortó distancias en un tanto tan tonto como el segundo de los norteamericanos. Quedaba todo el segundo tiempo para la remontada, pero Portugal no estaba para grandes faenas. Con el paso de los minutos se precipitó en su juego y se equivocó en las formas. Comenzaron pronto a mandar balones a la olla y allí Pope era el rey. Claro que en uno de esos centros Agoos convirtió en remate lo que tenía que ser despeje y sorprendió a Freidel. Con 20 minutos por delante, los de Oliveira se ponían a un gol del empate, que al final no lograron.