Figo, la gran decepción de Japón y Corea

Luis Figo, el mejor jugador del mundo por decisión de la FIFA, no pudo tener un comienzo más desafortunado en el Mundial, derrotado por un equipo comparsa (Estados Unidos) y reducido a la condición de jugador mediocre, previsible en sus regates. El líder del equipo portugués, víctima de una pertinaz lesión de tobillo en los últimos meses, defraudó en su primera comparecencia todas las expectativas que su presencia había levantado en Corea y en todo el universo futbolístico. Pese a su relativa juventud (nació en 1972) Figo parece haberse echado a la espalda una buena porción de años. Tal es la deficiente forma física que exhibió contra Estados Unidos, su parco bagaje de ideas y el desabrido semblante que lució durante todo el encuentro. Balón de Oro en el 2000 y mejor jugador FIFA en la actualidad, Figo empieza a transmitir la sensación de no estar a gusto en el campo de juego. Ha perdido velocidad y se ha hecho más previsible para los defensas, que encuentran pocas dificultades para cortar sus incursiones, letales no hace mucho tiempo.