Inglaterra saldó cuentas cuatro años después

Ni Juan Sebastián Verón ni Pablo Aimar encontraron este viernes en Sapporo la manera de romper una disciplinada defensa inglesa y quedaron, con el resto de la selección argentina, a expensas de ganar en la ultima jornada a Suecia, que aún no conoce la derrota, para pasar a la siguiente fase. A la Inglaterra de Eriksson le basta un empate contra Nigeria para sobrevivir al grupo de la muerte. La ansiedad argentina sorprendió, porque parecía que Inglaterra se jugaba más en el partido y porque el historial reciente incitaba a la duda inglesa. En el otro lado, ocurría poco hasta que Owen comenzó a refrescar el trauma que causa su velocidad a las defensas argentinas desde su centelleante gol de Sant Etienne. En el minuto 23, se metió en el área y su disparo, por entre las piernas de Samuel, pegó en el poste. Casi en el minuto final de la primera parte, volvió a entrar en el área y su recorte fue demasiado rápido para Pochettino, que le zancadilleo involuntariamente. El penalti lo lanzo Beckham raso, fuerte y por el centro. La segunda parte fue inglesa ante un rival tocado que fue perdiendo fuelle y con ello la posibilidad de remontar el partido.