Diario de León

El delantero reivindicó con dos goles su excelso rendimiento en la selección

Las poderosas razones de Morientes

Acostumbrado a columpiarse entre los elogios y las críticas, Morientes ha ido construyendo un carácter guerrero que le convierte en un rival temible para cualquiera que

Morientes celebra su primer gol en el Mundial seguido de Hierro y Puyol

Morientes celebra su primer gol en el Mundial seguido de Hierro y Puyol

Publicado por
A.G. - JEONJU.
León

Creado:

Actualizado:

Tristán había llegado bajo palio al Mundial. No importaba su inexperiencia en las citas del fútbol a escala planetaria, ni tampoco que fuese un tipo de hielo, un genio impredecible al que a veces le da la ventolera y no sale de la lámpara. Como Pichichi de la Liga, como talento puro, Tristán era la punta indiscutible de un tridente mágico con el que la prensa deportiva gastó toneladas de papel. En este sentido, se puede interpretar que Diego Tristán era todo un reto para la voracidad competitiva de Morientes. O tal vez haya que decir para su instinto de supervivencia en las alturas. Pocos jugadores españoles lo tienen tan afilado como este delantero nacido hace 26 años en Cáceres pero criado en la casa-cuartel de Sonseca (Toledo), donde su padre, guardia civil, estaba destinado. Y es que, desde que aterrizó en Chamartín en 1997, tras dos años de maduración en el Zaragoza, a donde llegó del Albacete, al Moro no le han dado una tregua superior a las dos semanas. Grandes recursos No importa que haya participado en la conquista de tres Copas de Europa y de una Liga en sus cinco temporadas como merengue, ni que sus cifras de goles le sitúen todos los años entre los mejores, ni tampoco que, como hombre de área, tenga los mejores recursos: disparo con las dos piernas, remate de cabeza, astucia, intuición y buenos fundamentos para el giro en espacios cortos. Ariete rematador de rachas demasiado aparatosas tanto para lo bueno -ahí están los cinco goles que le hizo al Las Palmas- como para lo malo -se puede pasar una docena de partidos sin olerla-, la credibilidad de Morientes en su equipo y en la selección -no hay que olvidar que Camacho le descartó para la Eurocopa- siempre ha estado en entredicho. Cada verano, en Madrid se le busca un sustituto. Los últimos han sido Svechenko y Jardel. De la misma manera, cada verano suena como un posible traspaso. Esta vez han sido el Barcelona y la Roma de Capello, el técnico que le fichó del Zaragoza tras pagar los 60 millones de euros de su cláusula, los equipos que, dicen, se han interesado por él. Habrá que ver lo que ocurre, pero no sería de extrañar que el Moro vuelva a ganar el pulso. El que mantiene con Tristán parece tenerlo en el bolsillo tras su actuación de ayer. En realidad, Morientes no hizo contra Paraguay nada que no pudiera esperarse de él. Acostumbrado a hacer de cada partido un acto de reafirmación y a competir al más alto nivel, se conjuró para aprovechar la oportunidad que le dio Camacho en el descanso. Y bien que lo hizo: tres ocasiones y dos goles, los dos con los que España cimentó su remontada. Al término del encuentro, eso sí, no quiso lanzarse flores, ni hablar de su ganada titularidad. Insistió en su deseo de paso a paso, ganando la guerra batalla a batalla y sabiendo que, al primer desliz, volverá a estar cuestionado. Con los pies en el suelo Morientes aseguró que más que los tantos propios «lo más importante ha sido el esfuerzo que han hecho todos los jugadores por remontar el partido». Morientes indicó: «El gol de ellos quizá ha venido un poco bien, porque habíamos salido un poco dubitativos, y luego todo el equipo ha espabilado». «La tenacidad que ha tenido todo el conjunto ha sido lo que ha decidido», indicó Morientes, quien señaló que el primer gol fue muy bonito, pero que «gran parte del mérito fue del centro, porque el balón llegó muy bien tocado».

tracking