Alemania se mofa de la crisis y de sus detractores con una plaza en semifinales
El Panzer merodea por el título
Alemania entró en las semifinales del Mundial a balón parado y por alto. Ésa es precisamente la asignatura pendiente de España. La defensa aérea en los lanzamientos
Estados Unidos perdonó sus ocasiones en el primer tiempo, se estrelló contra Oliver Kahn, y después sufrió el juego práctico de los alemanes, que sacan petróleo de alguna de sus ocasiones y con el marcador a favor ya sólo piensan en defender y sentenciar a la contra. Ante los americanos el planteamiento volvió a darles un resultado perfecto a los alemanes, que aunque arriesgan demasiado ya han logrado meterse en la penúltima ronda, y con la moral cada vez más reforzada. Se veía venir. Porque Estados Unidos jugó mejor que Alemania en los primeros minutos, pero los americanos perdonaron y los germanos incluso pudieron dejar sentenciado el duelo en el descanso tras una primera media hora en la que no lo pasaron nada bien. Alemania se salvó entonces por Kahn. La experiencia y categoría del portero del Bayern ganó a la juventud de Donovan, que tuvo dos mano a mano con el guardameta alemán y fue incapaz de sorprenderle. Kahn sacó dos grandes manos a Donovan, y antes de que se adelantase Alemania, el genial guardameta, gracias a su colocación, evitó que un trallazo de Lewis acabara en la red. En un partido que comenzó muy abierto, lleno de alternativas hasta que Ballack abrió el marcador, Estados Unidos puso en muchas dificultades a Alemania. Su velocidad y las internadas de Lewis por la izquierda hicieron sufrir a los alemanes. Pero a los americanos les perdió su precipitación. Tocaban en largo y rápido y llegaban bien hasta las inmediaciones del área, pero ahí fallaban en el pase. Los alemanes tampoco funcionaban cuando les tocaba atacar, porque los americanos se defendían con orden y muchos efectivos y al equipo de Voeller se le acababan las ideas arriba. El choque era igualado y ambos equipos se movían mejor a la contra, y aunque Estados Unidos llevaba más peligro, los americanos no aprovecharon sus ocasiones y lo pagaron. Porque Ballack por fin salió triunfador entre los defensores americanos y con un gran remate de cabeza puso el 1-0. Entonces, Alemania sacó a relucir su experiencia, a hacerse con el control del juego, y a acosar hasta el final de la primera parte a los americanos, que quedaron muy tocados con ese gol. En otro balón aéreo, Klose, que lo remata todo, puso lograr el segundo, pero sorprendentemente su cabezazo a puerta vacía, con Friedel batido, se estrelló en el palo. Estados Unidos al final pudo dar gracias de irse al descanso con un único tanto en su contra. Alemania no se rinde en un campo. Y menos, ante un recién llegado.