Ningún árbitro se atrevió contra los finalistas, devaluados por su fútbol rácano
Alemania fabrica respeto
El sueño coreano llegó a su fin. El techo de Alemania resultó demasiado alto para el equipo de Hiddink. Y no porque los germanos demostraran nada del otro mundo, si
Ballack, esencial en los alemanes, podría no jugar la final por sanción
Llegaron hasta donde pudieron que fue mucho. Ahora tienen por delante el tercer y cuarto puesto, que será realmente su final, porque la juegan en casa y ni el más optimista de todos los coreanos hubiera pensado llegar tan lejos. Alemania hizo lo de siempre. Defenderse bien, con orden, sin agobios y aprovechar la primera oportunidad que se le presentó para resolver y volver a defenderse con el mismo orden y aún mayor intensidad, si cabe. No se puede llegar a la final de forma más rácana. Tres victorias mínimas consecutivas. Tres goles. Tres víctimas: Paraguay, Estados Unidos y Corea. Voeller afrontó la semifinal con recelo. Demostró haber estudiado bien a Corea. Cambió su sistema defensivo. No se arriesgó a jugar con tres centrales contra tres delanteros y pasó a una defensa de cuatro hombres -Frings-Ramelow-Linke-Metzelder-. Recuperó a Ramelow en lugar de Kehl y sacrificó a Ziege en el centro del campo para dar entrada a Bode. Un 4-4-2 elástico, pero marcadamente defensivo. Hiddink también se vio obligado a retocar su equipo titular. Los once hombres sobre los que había caído la responsabilidad de los partidos anteriores estaban muy tocados y el técnico holandés metió oxígeno en la zona de arriba. Dejó para la segunda parte a Ahn y Seol, para buscar jugadores más dinámicos y que pudieran echar una mano al centro del campo. Además ordenó un par de marcajes al hombre, sobre todo uno muy determinado, el de Yoo sobre Ballack, al que persiguió por todo el campo. También Park estuvo pendiente de Hamann y los dos laterales-medios de Schneider y Bode. El gran protagonista del partido, a priori, era el árbitro, pero esta vez nada se le puede decir a Meier. Tiene la suficiente experiencia este árbitro suizo como para no dejarse impresionar, ni por el ambiente, ni por los jugadores. Además tuvo la suerte de no tener jugadas dudosas y no caer en las trampas lanzadas por un par de alemanes, Klose y Neuville en sus caídas en el área coreana. Voeller, camino al récord El técnico Rudi Voeller, que hoy clasificó a la selección alemana a la final del Campeonato del Mundo 2002, puede seguir los pasos de su compatriota Franz Beckenbauer y del brasileño Mario Lobo Zagallo, los únicos que han ganado títulos como jugadores y entrenadores. Zagallo fue campeón del mundo como jugador en Suecia''58 y Chile''62 y como seleccionador en México''70. Beckenbauer ganó el título en 1974 y repitió como seleccionador en Italia''90.