Diario de León

OPINIÓN Nemesio Rodríguez

Beckham no huele a sudor

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Se supone que la camiseta de un futbolista al terminar un partido exigente debe ir directamente a la lavadora y no hace falta explicar por qué. Menos la del astro David Beckham, el «guapo» de la selección inglesa. La del «Spice boy» la puedes guardar entre la ropa del armario sin miedo a que al abrirlo días más tarde te encuentres con la desagradable sorpresa de que todo apesta. La camiseta de la también estrella del Manchester United huele bien, pero no sólo antes del partido, que es lo normal, también después. Se desconoce cuál es el misterio, pero lo hay, como pudo comprobar la estrella brasileña Ronaldo al final del partido de cuartos de final contra Inglaterra. Fue un duelo intenso y trabajado, como el que corresponde a dos de las mejores selecciones del mundo. Inglaterra marcó primero (gol de Michael Owen) y Brasil remontó, con Rivaldo y Ronaldinho. En estos partidos, como se suele decir, hay que «sudar la camiseta». La prenda acaba empapada de sudor y ya se sabe que lo que transpira el cuerpo humano huele y no de una forma agradable. Menos lo que transpira Beckham. Ronaldo intercambió la camiseta con Beckham, toma la mía dame la tuya, y ocurrió un hecho insólito. «Normalmente las camisetas que nos intercambiamos al final del partido no emanan un buen olor, ya que están sudadas. Sin embargo, la de Beckham olía a perfume», dice «El Fenómeno». ¿Perfume? Por mucha colonia que te eches en la camiseta antes del partido, el sudor siempre termina ganando la batalla, sobre todo si está en juego la clasificación para las semifinales del Mundial. Salvo que no hayas dado una carrera en todo el encuentro. Beckham no es que se prodigue mucho en ese aspecto, suele acomodarse en la banda derecha y esperar a que le llegue la pelota, momento en el que los porteros tiemblan porque no hay disparo más preciso y peligroso. Pero contra Brasil se le vio dar alguna que otra carrera y pelear por la pelota con sus rivales brasileños. Y la temperatura que hacía, 28 grados, no invitaba precisamente a retener la sudoración. Sin embargo, su camiseta no olía al final del partido. «Se ve que se cuida», acierta a comentar Ronaldo para explicar un misterio que sin duda ya ha puesto a los genios de la publicidad a idear anuncios para las empresas fabricantes de desodorantes. Guapo, famoso, genio del fútbol y encima no sudas, David Beckham, ¿de qué te puedes quejar?.

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