Brasil honra a las apuestas

Brasil no juega como equipo y no entusiasma con su fútbol, pero dispone de un talento individual impresionante capaz de decidir en cualquier momento. En esta ocasión fue Ronaldo el que resolvió el choque, después de que en la primera parte Rivaldo se estrellase contra el guardameta Rustu. El delantero del Inter cada vez esta más cerca de su mejor nivel y también ganó frente a Turquía su batalla particular con Rivaldo, ansioso por marcar su sexto gol consecutivo para igualar un récord y aspirar a otro título, el de máximo goleador. Esa corona también está ahora más cerca de Ronaldo, que logró su sexto tanto ante un equipo turco que no sobrevivió a la categoría del ''crack'' brasileño. En una final inédita contra Alemania, entre dos potencias que suman siete Copas del Mundo, se enfrentarán dos estilos antagónicos, y Brasil, gracias a la clase de sus jugadores, está a un solo paso de ''la quinta''. Aunque como quedó demostrado una vez más ante Turquía, los ''canarinhos'' funcionan mejor a la contra, y en ese aspecto los germanos, aun sin Ballack, son especialistas. Brasil no funciona como bloque, pero en este Mundial le han salvado las individualidades, y contra Turquía volvió a confirmarse. Turquía, que tenía ganas de revancha, soñó con la prórroga hasta el último momento porque Brasil perdonó tras el 1-0 varias ocasiones para poner fin al sufrimiento, pero a los otomanos les faltó claridad en el último pase y remate, y les sobró San Marcos. El portero brasileño volvió a salvar a los sudamericanos con dos magníficas intervenciones en la recta final, en las dos únicas oportunidades de gol de Turquía en todo el segundo tiempo, después de una primera parte que los canarinhos lograron equilibrar gracias a la irrupción de Rivaldo. Pero el azulgrana no fue suficiente para Brasil en la primera mitad, porque se encontró una y otra vez con Rustu, que con sus milagrosas paradas permitió a Turquía llegar viva al descanso.