«He cometido una gran estupidez»

Después de haber desaparecido de las candilejas del deporte en su país y haber guardado un largo silencio, Jan Ullrich reapareció ayer ante más de medio centenar de periodistas para confesar que había ingerido drogas en una discoteca de Munich, la noche anterior a una prueba antidopaje que resultó ser positiva. El campeón admitió haber cometido «una gran estupidez», pero negó haberse dopado para mejorar su rendimiento deportivo. En una dramática confesión, que fue televisada en directo por tres cadenas de televisión, el campeón dijo que había ingerido las drogas mientras atravesaba una grave crisis personal, ocasionada por la lesión que sufría en una de sus rodillas, pero insistió que a lo largo de toda su carrera deportiva jamás se había dopado. «He cometido una gran idiotez», admitió el ciclista de 28 años, ante los periodistas que esperaban ansiosos su confesión. «El 11 de junio salí con unos amigos, bebimos mucho e ingerí un par de tabletas» añadió el campeón, al revelar la causa que ocasionó el resultado positivo de la prueba. Ullrich anunció que había aceptado el resultado positivo de la primera prueba antidopaje y que renunciaba al contraanálisis.