La carrera se secciona en la primera montonera

Peor le fueron las cosas al equipo Euskaltel que vio como Roberto Laiseka y David Etxebarria perdía 7-72. El primero de ellos tiene un fuerte golpe en la espalda y el segundo se golpeó en la rodilla. Tenía una brecha impresionante. La formación de Julián Gorospe sigue sin levantar cabeza. Vinieron al Tour con humildad, con precaución, y por si les faltaba algo, las caídas les están pasando factura de una forma decisiva. La mala suerte, y no es tópico en este caso, les persigue. Metieron a Unai Etxebarria en una escapada inicial que no progresó. Pinotti, muy tocado Los primeros abandonos, y de hombres importantes, también han llegado al Tour. Los belgas Rik Verbrugghe, con fractura de la clavícula derecha, y Tom Steels han dejado la prueba. Son los primeros inquilinos de una lista que seguirá creciendo. La etapa resultó muy rápida. En la primera hora de carrera la media horaria se fue a los 48,7 kilómetros. En la meta, esa media horaria se quedó en 46,145 kilómetros. Hubo muchos intentos de escapada. Once, con la ayuda de Telekom, controló la situación. La fuga inicial que le venía muy a la Once, decidió la etapa. No hubo mucha fuerza por detrás para cazarles y Kirsipuu lograba su octavo triunfo de la temporada. Lo peor en la etapa estaba por llegar. A dieciséis kilómetros de la meta se produjo una caída espectacular en la que se vieron implicados once corredores. A un fotógrafo se le cayó el objetivo de la cámara y fue lo que provocó la citada caída. El que peor parte se llevó fue Marco Pinotti (Lampre), que más que un parte médico tenía un parte de guerra: pérdida de conocimiento, heridas y contusiones en la cara, una hemorragia, fractura de los huesos de la nariz. Afortunadamente, en el hospital de Rouen, donde quedó internado, dijeron que estaba fuera de peligro y que no tenía ninguna lesión.