Los mejores fichajes están en casa

Cuando se celebraron los conciertos musicales en El Toralín el año pasado durante las fiestas de La Encina, ya se presagiaba que el terreno de juego no podría recuperarse a lo largo de toda la temporada. Y en efecto, la campo de la Ponferradina estuvo muchos meses mostrando las secuelas de aquella afrenta que dejó maltrecha una de las áreas del terreno de juego y también dejó dañada la banda más próxima a la tribuna por donde había circulado el público asistente a los conciertos. Sin embargo, la Deportiva optó por cambiar a los responsables del cuidado del césped, colocando en esos menesteres a los dos hombres que se encargaban del campo de Castropodame, elegido por los blanquiazules para celebrar allí muchos de sus entrenamientos. La apuesta ha salido redonda porque Santiago Payero y su inseparable Antonio Álvarez «Tono», le han devuelto al césped del Toralín el brillo que tenía cuando se inauguró en el año 2000. Sus cuidados han provocado que el terreno de juego ya no tenga desniveles, que haya césped también en las proximidades de ambas porterías, e incluso que esté naciendo la hierba también en las líneas que delimitan el terreno de juego, en las que la cal había impedido su crecimiento. Otra zona que se ha replantado es la banda ocupada por los asistentes del colegiado de turno porque estaba totalmente machacada por los jueces de línea. Santiago no tiene horarios «suelo trabajar unas ocho horas al día, pero a veces se necesita más tiempo, otras menos, depende». La clave para tener el campo así es «primero, que te guste el trabajo, segundo ponerle mucha dedicación y amor y tercero, saber lo que tienes que hacer, claro». Payero incide en los cuidados «el césped es un organismo vivo, es como una persona que puede sufrir enfermedades y nuestra misión es erradicarlas a tiempo». Se muestra optimista porque «la directiva está totalmente conmigo y me van a facilitar lo que precise».