Javier Pascual levanta la voz

El ganador, David Millar, de 25 años de edad, es uno de esos corredores que parece llamado a metas muy altas en el ciclismo, pero al que la montaña le pasa factura. Millar firmó un papel por la mañana antes de salir en el que le decía al mánager de su equipo, Alain Bondue, que iba a ganar: «Hago muy pocas veces eso. El año pasado lo firmé antes de la etapa contrarreloj de Torrelavega que luego gané». Once-Eroski y US Postal se encargaron de controlar la etapa. Los dos equipos se repartieron el trabajo que ninguna de las formaciones con hombres rápidos quisieron asumir. La escapada tenía corredores importantes, de mucha calidad, y el triunfo iba a estar muy caro. Armstrong ha comenzado el reparto de etapas, que tampoco le importa a la Once. Es la forma de mantener el equipo más descansado. Entre los cinco hombres que acabaron por jugarse la etapa había un campeón del mundo, Brochard, un maillot amarillo del Tour, David Millar, el holandés Michael Boogerd, que tiene un buen número de triunfos, al igual que David Etxebarria. David Latasa era el menos laureado de todos ellos, pero se fajó bien, hasta donde le dieron de sí sus piernas. Un poco antes de decidirse la etapa se había quedado atrás el leonés Javier Pascual con el resto de integrantes de la escapada: Jalabert, Miguel Martínez, Boby Julich, Beat Zberg y Mazzoleni. La segunda semana de carrera se cerrará en una de las llegadas míticas del Tour, el Mont-Ventoux. El método de correr de Lance Armstrong es ideal para jornadas como la vivida camino de Beziers, y más un día antes de una de esas subidas que impone respeto en el pelotón del Tour. «Es la subida más dura de todo el Tour de Francia. El Ventoux no me gusta. Es una subida traicionera» dice el americano cuando le preguntan por el «gigante de la Provenza», el puerto que se subió por primera vez en una carrera ciclista en 1951, en una etapa ganada por Lazaridés. Eddy Merckx dijó una vez: «No es un loco el que sube el Mont-Ventoux. Loco es el que vuelve a intentarlo de nuevo». El americano se aventura en sus laderas por quinta vez. Puede que en su cima quede cerrado el maillot amarillo de este Tour.