Balones, sí... pero medicinales

Calentar, estirar, los ejercicios de rigor... Las pretemporadas en el fondo, no cambian tanto. La que ayer inició el equipo de León no recogerá los aspectos relacionados con el trabajo táctico hasta bien entrada la pre-campaña. Aquello de ir cogiendo fondo hace de Juan, el preparador físico, el centro neurálgico del trabajo del equipo, con los apuntes de Tomé de fondo: «Cada uno se marca su grado de exigencia, hay que dosificarse de acuerdo a las posibilidades que tenga cada cual. Si hay molestias, avisad. Si es cansancio, sufrid». Carreras y saltos al margen, los únicos balones de trabajo tienen apellido: medicinales. Si acaso, el trabajo en grupos de cuatro para cuatro o cinco para cinco, componen parte de la tarea de tarde. Por la mañana, a oxigenarse en campo abierto. No hay patrocinador para el equipo, y ahora que los parques temáticos están de moda como sponsors, en León sobran. Parque de la Granja, Parque de La Candamia, Parque de San Francisco... Manolín y los chascarrillos de siempre aportan algo de ingenio: «No hago más que trabajar». Y cambia de postura en la valla que le sostiene desde hace diez minutos. En el césped, la veteranía es un grado. Un toque de puntera en el costado indica al compañero que, los esfuerzos para fortalecer los abdominales con aperturas, pueden esperar unas semanas aún. Gesto de intensidad total (magnífica interpretación teatral) y cuela. Nadie se entera. La tensión sólo está en la cara. «Nos concentramos en el entrenamiento y olvidamos todo lo demás». Tomé cierra las charlas y anuncia que habrá un número especial de diez minutos de trabajo en una zona de arena. Angel Barrientos «Gelo» va y vuelve un par de veces a lo largo de la tarde, a la espera de que el lateral izquierdo que falta y el portero pendiente, cierren plantilla. Primera semana, primera sesión. Y lo que queda todavía...