Con el podio decidido, sólo falta la pedrea

En los Alpes se están jugando los puestos que van del tercero al noveno, junto a otras clasificaciones. El podio de la carrera ya está decidido, Queda sólo ver las diferencias con las que termina Armstrong a su favor. Los dos corredores que quedaron delante de él en La Plagne eran «amigos». Más que ellos, sus equipos. Rabobank ha conseguido su etapa. Sastre, que realizó una buena ascensión, rentabilizó su ataque; Jalabert sigue como rey de la montaña. Todo lleva un orden. El US Postal, a cuatro días de llegar a Paris, después de 2.765 kilómetros cubiertos a una media de 40,225 kilómetros por hora, da la impresión de estar más fuerte cada día que pasa. Manejan la carrera como quieren. Iban Mayo, que intentó moverse camino de La Plagne, nos decía que «es una pasada. Me quedé cuando ataqué, pero es como si te pasase un avión cuando te supera Armstrong. Parece que va en otra carrera». Joseba Beloki no difiere mucho de esa opinión: «Armstrong está en su carrera y los demás vamos en otra. Voy a guardar lo que tengo y olvidarme de Armstrong y su equipo. Que hagan lo que quieran». Para que una escapada pueda llegar tienen que contar con su consentimiento. Ni subiendo el Galibier quisieron correr riesgos. Tenían a los fugados muy controlados, sin dejarles muchos alardes. Armstrong regala triunfos parciales, puestos en la general, puestos en la etapa. Es como si Papa Noel, con un cambio de imagen, vestido de ciclista, fuese otorgando parabienes en función de su comportamiento durante el Tour, en el mes de julio. Lo único que hace falta es tener fuerzas para buscar escapadas. Alguna termina por salir. En la panza del Tour, entre los corredores, se comenta que Virenque y Jalabert lo van a tener complicado para moverse. Primero tienen que poder y luego ver si Armstrong cambia de parecer y abre la mano. Los insultos que le han llegado han sido, según su entorno, por atacar cuando un francés va escapado.