La Federación debe reconfigurar los grupos para acoger a los castellanos y despedir al Levante
El Burgos descoloca la Segunda B
La Federación Española de Fútbol había logrado dejar medianamente satisfechos a los ochenta equipos que integran la Segunda División B. Sin embargo, e
El descenso del Burgos va a trastocar los planes de la Federación en cuanto a la composición de los cuatro grupos de Segunda División B. De acuerdo a los criterios utilizados por la Comisión Nacional de clubes, no se puede separar a aquellos equipos que forman parte de una misma comunidad autónoma. Por esa regla de tres, el Burgos debería ir a parar al Grupo I, donde están ubicados los cuatro equipos de Castilla y de León, que son Ávila, Zamora, Deportiva y Cultural. Pero esa solución dejaría al Grupo con 21 equipos, mientras que el presumible ascenso del Levante pondría con sólo 19 representantes al Grupo III, integrado por valencianos, catalanes y baleares. La alternativa más sencilla sería mandar al Burgos con los levantinos, pero eso no tiene demasiado sentido por razones obvias. Es de suponer que al final va a imperar la lógica y que la Federación estudiará un reparto geográfico más razonable. Si hay alguien descontento con la actual estructuración del fútbol español, son los equipos de Castilla-La Mancha, que han quedado encuadrados dentro del Grupo II, junto a cántabros, vascos, riojanos, navarros y aragoneses, con el desembolso económico que ello implica a nivel de desplazamientos. De entre los tres equipos que tiene Castilla-La Mancha en Segunda B, hay uno que está muy próximo a la Comunidad Valenciana, donde quedaría libre un hueco por el ascenso del Levante. Se trata del Conquense, que ya actuó el año pasado en el Grupo III. Los otros dos son Toledo y Talavera, que forman parte de la misma provincia y su separación parecería un dislate. Como consecuencia de todo ello, el Conquense podría pasar a jugar con los valencianos, lo que a su vez dejaría una plaza libre en el Grupo II que bien podría ser ocupada por el Burgos, ya que por su ubicación geográfica es seguro que los castellanos verían con buenos ojos jugar en el mismo grupo que vascos, cántabros, navarros, riojanos y aragoneses, aunque deba hacer dos viajes a Toledo y Talavera. De esa forma se mantendría cierto equilibrio en el reparto aunque la última palabra la tendrá la Federación, siempre y cuando los clubes implicados acepten de buen grado la nueva situación.