La Cultural obtiene un merecido triunfo sobre el Numancia

La Cultural mejoró su actuación con respecto al partido del sábado. Ante el Numancia dio mayor sensación de equipo. Presionó en todas las líneas, movió con rigor el balón, supo aguantar el mismo cuando la situación lo requería y no se amedrentó ante la teórica superioridad de su oponente. Sin embargo, el partido fue el clásico de pretemporada. Dos equipos en rodaje, alternando momentos de buen fútbol con fases de aburrimiento total, y los jugadores buscando su mejor puesta a punto. Álvarez Tomé tenía tres bajas importantes. Jaime Quesada, José Vega y Mario, tres incorporaciones, eran baja por lesión. A última hora recuperó a Rubén Vega, pero perdió inesperadamente a Irazusta. A pesar de todas estas adversidades, la Cultural fue mejor. El Numancia nunca justificó su condición de equipo de Segunda División. Más bien todo lo contrario. Se mostró vulgar, rácano en su juego y con una desorganización altamente preocupante. En frente tuvo un equipo ordenado, con ambición, que quería ganar y que sabía como hacerlo. Tuvo paciencia y al final, aunque con un poco de suerte, logró el triunfo. Y es que minutos antes de que Marco batiese la portería defendida por Luis, que salvó al menos otros dos goles; Bruno había evitado que los sorianos se adelantasen en el marcador al solventar con éxito un mano a mano con Santa Cruz, y la cruceta derecha de su portería fue el parapeto en un remate majestuoso de Suffo. Superados esos minutos de desconcierto, la Cultural volvió a tomar el mando del partido, y no fue ningún obstáculo que el técnico leonés pusiera en liza a cinco jugadores del filial, porque precisamente fue el canterano Marco el que acertó a superar al portero soriano tras un rechace de éste. Aunque todavía restaban quince minutos para la conclusión, Álvarez Tomé siguió manteniendo su tónica, dando entrada a David, Quijada y Adrián para mantener el resultado y afrontar la recta final del encuentro. Por contra, Manu Sarabia mantuvo casi todo el partido a su once presuntamente titular, pero ayer no era su tarde. La derrota fue el castigo a su racanería, a su falta de ambición y a su apatía. Cuando se vieron con el marcador en contra y quisieron hacer algo, ya era tarde, porque el equipo culturalista se mantuvo firme y siguió controlando el partido, por mucho que sobre el rectángulo de juego estuvieran, al menos, cinco jugadores rondando los 20 años y sin apenas experiencia. En resumen, partido que habrá servido al entrenador culturalista para mantener su plan de trabajo, buscando una evolución constante en su juego y en la nueva impronta que quiere colocar esta temporada a su equipo. Por contra, Manu Sarabia habrá marchado de León lleno de dudas. Su equipo, al menos ayer, no carburó, y lo que es peor, apenas dio sensación de equipo y poderío.