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TENIS

Ruleta rusa a la americana

Flushing Meadows abrirá este lunes sus puertas al cuarto «Grand Slam» del año 2002. El australiano Lleyton Hewitt y la estadounidense Venus Williams se disponen a defender sus correspondientes títulos conseguidos la pasada temporada frente

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María G. Méndez - NUEVA YORK.
León

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Son no pocos los que pueden ganar, entre ellos los españoles Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero y Alex Corretja, en opinión de los expertos, aunque en las apuestas sigue mandando el nombre de Hewitt, campeón este año en la catedral de Wimbledon. De los campeones en los tres torneos anteriores de ''Gran Slam'' de este año, Hewitt y Albert Costa son los dos únicos con posibilidades de adjudicarse un segundo triunfo en una de las grandes pruebas. Costa fue campeón en Roland Garros ante Juan Carlos Ferrero. El sueco Thomas Johansson, vencedor del Open de Australia frente a Marat Safin, causa baja en Nueva York a causa de una lesión en un hombro. En principio era el rival que le había tocado al español Fernando Vicente, pero ahora el de Benicarló tendrá que vérselas con el finlandés Jakko Nieminen, cabeza de serie número 34, y uno de los jóvenes más en forma del circuito. ¿Qué tiene de especial el US Open con relación a los otros tres grandes torneos? Sobre todo, el ambiente. Es como un festejo permanente. Se habla casi a voz en grito y eso los jugadores lo tienen asumido. Otro factor importante: el fuerte calor, con especial recarga de un elevado índice de humedad. Los participantes sudan litros y más litros. Y eso que ninguno se ha mentalizado para soportar los largos desplazamientos desde Manhattan a Queens. En concepto de premios, los organizadores, eso sí, consideran por un igual a hombres y mujeres competidoras. Los premios son idénticos para unos y otras. En total se repartirán dieciséis millones de euros, con una recompensa de novecientos mil para campeón y campeona. Los derrotados en las respectivas finales recibirán cuatrocientos cincuenta mil euros. España, que aporta veintidós jugadores, registra tres victorias en el historial del torneo. Manolo Santana se proclamó ganador en 1965, cuando el evento se disputaba sobre hierba en Forest Hills, tras derrotar al sudafricano Cliff Drysdale por 6-2, 7-9, 7-5 y 6-1. Diez años después, en 1975, Manuel Orantes se impuso en la final a Jimmy Connors por 6-4, 6-3 y 6-3. Se buscan sucesores para la gran gesta.

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