Rubio cierra la puerta de la Cultural

«Puedo volver con la Cultural a Segunda División», afirmaba ayer en su presentación como jugador culturalista Manuel Rubio. Último refuerzo del club, aunque diciembre posiblemente escriba más renglones en el parte de nóminas. Es costumbre de la casa. A su llegada a tierras leonesas, el nuevo guardameta suscribe el catón repetido hasta la saciedad por el resto de neófitos en el club, ya memorizado por los veteranos: el objetivo es el ascenso a Segunda División, sólo puedo prometer trabajo y mi granito de arena para el conjunto, esto es un proyecto ambicioso, la ciudad se merece un equipo más arriba, he elegido este club porque me han hablado muy bien y sé que es serio... Fuera de la rutina de este tipo de actos, el cancerbero corroboró su parte de referencias. Salido de la escuela que el Atlético de Madrid censa en el Cerro del Espino, el descenso de categoría le hizo coger la nacional III con parada en Levante, durante una temporada, y posterior retorno a la capital para jugar en el equipo de su ciudad, el Leganés. En total, 120 partidos en la categoría de plata del fútbol español. La falta de oportunidades, que para algunos jugadores de fútbol es un aviso antes de la llegada del paro, le ha hecho aterrizar en Segunda División B, justamente en la Cultural, que buscaba portero tras la rotura de tibia y peroné sufrida por Iván Alonso en la Copa del Rey. Ante el espectro abierto en la búsqueda de cuatro días («lo hemos seguido durante mucho tiempo», manifestaba Carlos García, vicepresidente del club), el voto de calidad del entrenador decantó la balanza en favor de Rubio («aunque ha habido otros muy grandes porteros sobre la mesa, como el caso de Juanjo, del Sporting B», afirmaba el segundo de abordo en el consejo de administración). Su ficha tendrá crédito en el club durante un año, aunque como manifestaron ambas partes contratantes, su estancia podría verse alargada en función de los logros deportivos. Sabe que sujetos a los palos de la meta leonesa ya hay anclados dos aspirantes más (Bruno y Manu Ordóñez), pero transforma el problema en salida con la ecuación: más competencia = mayor beneficio para el equipo. Ahora sólo queda despejar la incógnita. El domingo puede ser el día.