España ya lo tiene claro

La selección española hizo lo que tenía que hacer, dejarse de conjeturas, para optar al liderato, aunque dependía de una derrota de Puerto Rico, que jugaba cinco horas después, para alcanzar el primer puesto. La segunda plaza, al menos, ya la tiene asegurada, con lo que se enfrentará esta noche al tercero del grupo F, que será el ganador del Alemania-Rusia. En este aspecto no hay nada que objetar a España, que por otro lado, anda ofuscada consigo misma. Su excesiva dependencia del tiro exterior le hace ser esclava de su acierto. En racha, el combinado nacional es imparable; en el desacierto se muestra como un equipo vulgar. En los primeros encuentros mandó en el marcador gracias a su extraordinario porcentaje en los triples. Frente a Puerto Rico pagó muy caro su empecinamiento en resolver desde la distancia, y este miércoles estuvo a punto de tropezar en la misma piedra. Brasil es una copia de su historia, y en esta época le toca bailar al son que toca Marcelo Machado, un triplista de la escuela que formó el mítico Oscar Smichtd, y que ocupa la tercera posición en el ranking de máximos anotadores del Mundial. El equipo americano sólo inquietó verdaderamente cuando el escolta estuvo entonado, al final del primer cuarto, cuando anotó siete de los once puntos que llevaba en el minuto 34. Por dentro, esta selección sólo opone la lucha de los hermanos Varejao, poca cosa frente a Gasol. Anoche encontró de nuevo ayuda en su amigo del alma, Navarro, que buscó compensar su desaliñada actuación frente a Puerto Rico. España vuelve de madrugada. A las tres jugará los cuartos.