Diario de León

BALONCESTO

España acaba en la orilla de siempre

Las caras del banquillo español evidenciaban la frustración por el partido

Las caras del banquillo español evidenciaban la frustración por el partido

Publicado por
J. Miguel Aguilar - INDIANAPOLIS.
León

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La selección española de baloncesto despertó de forma amarga de su sueño de Indianápolis. Cuando más fácil tenía acceder a la lucha por las medallas, perdió frente a Alemania, producto de tres pésimos cuartos. Ni siquiera un espectacular tercer periodo (21 a 4) le permitió acceder a semifinales. Una pena. España empezó a complicarse la vida desde los primeros minutos. Su obsesión por resolver desde detrás de la línea de 6,25 metros (¡3 de 10 en el primer cuarto!) contrastaba con el juego más disciplinado de los alemanes, que incluso soportaban un irregular comienzo de su rutilante estrella, Dirk Nowitzki. A los cuatro minutos del partido, el gran comienzo del base Demirel y la sobriedad del juego de equipo propiciaba una renta apreciable (6-13) por el escaso tiempo de juego transcurrido. Imbroda buscó como solución hacer descansar a un muy vigilado Gasol. En su lugar, Alfonso Reyes empezó a aprovechar su habilidad en las proximidades del tablero para dar algún respiro a España. Pero Alemania no cejaba en su dominio. Con Nowitzki fallón, era Okulaja, Pesic e incluso Femerling quienes mantenían a los germanos como dueños del duelo. En el segundo cuarto, España ya había buscado todo tipo de soluciones. Marco, Lucio Angulo y Paraíso fueron alternativas que también resultaron infructuosas. El panorama del equipo español se oscurecía cuando Nowitzki descansaba en el banquillo, con sólo 4 puntos en su haber, y Alemania mantenía el pulso firme. A poco más de cinco minutos para el descanso, con un 22-33 en el marcador, Imbroda solicitó de nuevo un tiempo muerto. España, por medio de la combatividad de Lucio Angulo, intentó cambiar el rumbo con esfuerzo en defensa. La presión del zaragozano propició alguna posesión más de la cuenta. Pero Nowitzki volvió a la pista, convirtió un par de canastas consecutivas y sembró la preocupación en el equipo español, que no saco renta de una defensa zonal. Pero el tercer cuarto fue espectacular. España se aplicó en defensa, no dejó respirar a Alemania y le endosó un parcial mortal de necesidad: ¡21-4! El conjunto germano se descompuso. El español se creció ante la demostración de impotencia a que sometió a su adversario con una defensa al hombre asfixiante que provocó un cortocircuito en el conjunto que entrena Dettmann. Con un 52-46 muy gratificante, la selección afrontó el último cuarto. Alemania estaba hundida física y moralmente. España había dado un paso decisivo para luchar por las medallas en el Mundial. Supo resurgir del agujero profundo en el que se metió en dos primeros cuartos pésimos. Pero el último cuarto Alemania despertó. Ante otro cambio radical en el dominio del partido, esta vez fue España la damnificada, que ''se clavó'' en ataque y permitió que su rival cobrara ventaja a tres minutos del final (56-60). A falta de un minuto y veinticuatro segundos, Alemania disponía de tiros libres con 59-60 a su favor.

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