VUELTA CICLISTA A ESPAÑA 2002
El esprint echa de menos a Cipollini
Las llegadas masivas en la Vuelta a España non son lo mismo sin la presencia de Mario Cipollini y de Óscar Freire, que ayer volvió a los entrenamientos, parece que sin problemas. Cipollini se marchó cuando llegó su momento (había ganado tres etapas) y Freire por unas molestias. Con esas bajas, en la meta de Burgos el italiano Alessandro Petacchi (Fassa Bortolo) estrenaba el palmarés de su formación en la carrera, al ganar por delante de Erik Zabel y Angelo Furlan. Petacchi es un corredor de la factoría de Giancarlo Ferreti, el director del equipo Fassa y uno de los más respetados del ciclismo italiano. Sus formaciones han sido siempre una mina a la hora de conseguir triunfos. Equipos como Ariotea o MG marcaron una época, pero siempre han carecido de un líder para una carrera de tres semanas. Petacchi, natural de la Spezia, lleva doce victorias este año. Lloró Petacchi Es un coleccionista de triunfos parciales que le amargó a Óscar Freire en la Vuelta a la Comunidad Valenciana, donde logró ganar tres etapas seguidas. «A falta de 250 metros para la meta salté. Benatti y Lombardi iban por delante y Zabel por detrás. Había sido dos veces segundo y ya me tocaba ganar. Quería una llegada larga como esta de Burgos. Vencer a gente como Lombardi, Zabel o Teutemberg es importante», destacó el ciclista italiano. El corredor del Fassa Bortolo, que recibió la visita de su padre y unos amigos, lloró ante las cámaras de la RAI (la televisión italiana) al dedicarle el triunfo a su abuelo. Estará en los Campeonatos del Mundo, «pero no me gustaría tener que trabajar para Cipollini». Una buena noticia para Óscar Freire puesto que en Italia habrá problemas con ese asunto. La etapa llegó con cuarenta y cinco minutos de adelanto a Burgos, lo que no es extrañar después de una primera hora de carrera en la que se cubrieron 54,2 kilómetros. Las tres primeras horas tuvieron una media de 49,9 kilómetros por hora. Era un día que estaba marcado: o triunfaba una escapada o se producía una llegada al sprint. El viento, que era favorable al grupo, aceleró la carrera. Hubo escapada, la más importante la del kilómetro 63, con dieciocho corredores metidos en ella y hombres como Tauler, García Acosta, David Plaza, Astarloa, Melchor Mauri y Mikel Pradera incrustados por las llanuras de Castilla. Hubo ataques, intentos de corredores como Astarloa y Chente García Acosta por romper un grupo en el que había mucho parásito y poco interés por trabajar. El mallorquín Toni Tauler sacó a relucir su capacidades de rodador en la parte más complicada, a diez kilómetros de la meta. Tauler dio la impresión de poder llegar. Fassa Bortolo y Telekom se encargaron de quitarle la ilusión. Las oportunidades por conseguir triunfos se van acabando y todo el mundo apura sus posibilidades de éxito.