Diario de León

PRIMERA DIVISIÓN

Riquelme rompe la trama blanquiazul

El Barça ofreció su mejor cara para derrotar al Espanyol por 2-0. Los azulgrana sufrieron la fuerte presión de su rival durante la primera mitad, pero la entrada de Riquelme solventó el atasco ante un rival demasiado inofensivo

De la Peña debutó en el Espanyol, pero no pudo ayudar a que ganara

De la Peña debutó en el Espanyol, pero no pudo ayudar a que ganara

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Sergi Olego - BARCELONA.
León

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La entrada de Iván de la Peña, que debutaba en el Espanyol, hizo sonrojar a más de un aficionado azulgrana que le recordaban como su ídolo. Juande Ramos tejió una buena tela de araña alrededor del cántabro. Fredson y Morales le cubrían las espaldas para que surgiera la magia de «Lo Pelat». El Barça cayó en la trampa. Errático y lento se dejó maniatar poco a poco por la excelente presión de los blanquiazules. Van Gaal volvió a repetir once pero esta vez faltó ritmo y velocidad. El holandés está emperrado en ratificar que su Barça tan sólo dispone de once jugadores válidos. El resto limita su participación a esporádicas intervenciones. Esta táctica implica que en algunas circunstancias los jugadores puedan asentarse y no poner toda la carne en el asador. Maniatados y cohibidos, los culés eran incapaces de conducir el partido. Los blanquiazules fueron aposentándose en el feudo de su máximo rival. Sin llegar a las inmediaciones de Víctor Valdés, los de Juande canalizaban todos sus esfuerzos en enfriar el ritmo del partido y someter a su adversario a una contundente persecución. La calidad del Barça aparecía a cuentagotas. Con Xavi y Luis Enrique totalmente oscurecidos, Cocu y Motta tomaban las riendas. Funciones que los zurdos no tienen encomendadas. No obstante, a los azulgrana aún les quedaba Saviola. El escurridizo argentino llevó peligró en repetidas ocasiones pero sus disparos carecían de fuerza. Mientras Riquelme ya empezaba a calentar, Van Gaal se lo ordenó al filo del descanso, Kluivert voló como un halcón para golpear un testarazo que Argensó solventó casi sin querer. El evidente control del Espanyol cambió la estructura de Van Gaal. El holandés, no muy dado a excesivas variaciones tácticas, introdujo a Riquelme en el inicio de la segunda mitad por Motta. El Barça necesitaba incrementar el ritmo. El Espanyol le estaba sometiendo a un duro castigo. La entrada de Riquelme abrió el campo. Los azulgrana asumían el riesgo mientras los blanquiazules se limitaban a cumplir a rajatabla los planes de su técnico. Van Gaal abrió la veda ofensiva. Su arriesgada y necesaria apuesta rompió el orden táctico de su equipo. El Barça entró con más ansia. Era evidente que si alguien debía romper el equilibrio táctica ese era Riquelme. Su entrada envalentonó a sus compañeros. Kluivert avisó justo al inicio de la segunda mitad. Le siguió el propio Riquelme con un envenenado lanzamiento de falta. Tanta intensidad finalmente dio sus frutos. Kluivert volvió a planear sobre el área de Argensó para batir al cancerbero blanquiazul tras un medido centro de Luis Enrique. El Espanyol cayó en su propia trampa. Su exhausta labor defensiva se fue al traste en un ápice. A los blanquiazules les costaba enhebrar acciones de peligro. El Barça dominaba. La pelota volvía a rondar sus pies. Riquelme la manejaba a sus anchas. El argentino mareaba a sus adversarios y colocaba certeros pases a sus compañeros. Fruto de ello llegó la mejor acción del encuentro. Los azulgrana marearon la perdiz hasta que Fernando Navarro centró y Luis Enrique apareció para batir a Argensó. El Espanyol se veía superado e incapaz de merodear la portería de Víctor Valdés. Los blanquiazules desafiaron al Barça con un excelente sistema defensivo. El ataque era todo un misterio. Tamudo se partió el alma con Puyol. Su lucha resultó del todo infructuosa. Juande deberá trabajar mucho en el aspecto ofensivo si quiere que su equipo levante el vuelo.

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