La Vuelta descansa antes de León

Se rumorea que Bernard Hinault se salvó de perder una minutada en 1983, entre Asturias y León, por la misma carretera que va a emplear mañana la Vuelta a España para cumplir con la decimosexta etapa. Los rumores crecieron a relato consistente al detallar la ayuda que recibió el campeón francés, remolcado por un compatriota (no se especifica si fue Caritoux, vencedor en el 84), ante la fustigación sufrida por los bríos del Reynols de Julián Gorospe, entonces un chaval. Ganó Hernández, miembro de una avanzadilla, gracias a un detalle de habilidad en la plaza de Guzmán y antes de afrontar la recta de llegada en Ordoño, a la altura de la funesta Caja Postal, mecenas del gran premio. Por esa vereda abandona este marte la Vuelta a España la campaña del norte que arrojó cambios notables en el orden del carrera. Desde Avilés hasta la capital leonesa, 150 kilómetros, para que Heras ponga en juego el liderazgo que exprimió en el Angliru. De ellos, quince se extienden desde Puente Los Fierros al límite del Principado de Asturias y León; quince, que determinarán el sentido de la carrera. Porque el puerto de Pajares, a cincuenta kilómetros de la meta, tiene argumentos de sobra para dinamitar cualquier proyecto ideado por el US Postal a primera hora de la mañana. Que le pregunten a Eric Caritoux por el puerto de Pajares, que lo pasó líder en 1984 mientras disputaba la decimoquinta etapa de aquella edición y defendió como un poseso la embestida de Alberto Fernández, del legendario Zor; en la subida y en la caída hacia León, hasta después de La Robla, con El Rabizo, que no da puntos para la montaña pero hace mella en los que no escalan. Ese día de abril hubo triunfo parcial para Coll. El último precedente de un Asturias-León en bici se vivió con Jesús Montoya elevado a la condición de líder y la victoria de Tom Cordes. Fue un año olímpico, en 1992. Aún en primavera. Una década después, la Vuelta a España retoma el diseño de etapa que más gusta a los aficionados para entrar en la capital leonesa. Es la única forma de poner medios para una llegada masiva, el desenlace más probable, como suele suceder cada vez que la carrera hace meta a la orilla del Bernesga procedente de Castilla. Aquí ganó Berrendero, dice la placa virtual que conmemora la primera meta de la Vuelta a España en la capital leonesa, en 1945. Mañana lo va a hacer desde Pajares, carretera 620 sentido sur, Busdongo, Villamanín, por la Tercia, La Pola de Gordón, La Robla y la roda este de la capital de la provincia; Fernández Ladreda, paseo de la Facultad, puente de Los Leones y Saenz de Miera. Habrá parada y fonda. Peor la salida, el miércoles, se va a Benavente. Con tanta experiencia nadie tomará el nuevo contacto como un ensayo para la salida de la edición 2004.