La carrera depende del Kelme

«Corremos en la cocina de Heras». La frase es de Vicente Belda, que parece que tiene mas calma, al menos aparente, en su equipo. Puede ser la calma antes de la tempestad después de una etapa ganada por el italiano Angelo Furlan, que sorprendió a los grandes favoritos, Erik Zabel y Alessandro Petacchi, en el sprint de Salamanca. Era una jornada en la que había miedo, tensión, en la que sopló viento, pero en la que no pasó nada. Todo se quedó en amagos de provocaciones, a pesar de que el pelotón se fragmentó en cuatro ocasiones. Todo el grupo sabía que el viento podía ser el gran protagonista y hubo mucho cuidado, temor incluso, a los despistes. Es verdad que el pelotón se rompió en varias ocasiones, pero en ninguna de ellas los primeros de la general tuvieron problemas. Los giros de carretera en el recorrido conseguían que la forma de pegar el viento cambiase y eso facilitó las cosas para una llegada en grupo en la que vencía un ex corredor de BMX, que lograba el triunfo más importante de su carrera en su segunda temporada como profesional. Furlan fue campeón de Europa de BMX en 1992. Como aficionado logró treinta victorias. El año pasado hizo su rodaje ganando dos etapas de la Vuelta a Serbia y una de la Vuelta a Polonia. «Creía que no iba a conseguir coger la rueda de Erik Zabel a la salida de la curva, pero lo conseguí. Luego pensé que se iba a cerrar por la derecha, pero dejó un hueco y me metí por él», explicaba el sorprendido Furlan. Trabajo inútil de Telekom La victoria del italiano Angelo Furlan (Alessio) fue una sorpresa en Salamanca, donde los grandes favoritos eran Alessandro Petacchi y Erik Zabel, que se vieron sorprendidos por este joven corredor de 25 años, con el que nadie contaba, pero que logró sorprender. Su equipo, que tiene cuatro corredores en la prueba, ha solucionado su participación en la carrera. El trabajo del Telekom y Fassa Bartolo se quedó en nada. En la última semana además de ser rápido hay que tener fuerza. La carrera está pendiente de la llegada a La Covatilla, de esos 9,5 kilómetros que tienen una pendiente máxima del 10,6%. Tiene una parte muy dura al comienzo, entre los kilómetros tres y cuatro, y luego en el kilómetro final. Dicen los que conocen la etapa a fondo que los problemas pueden comenzar desde el primer puerto del día, Honduras. Es lo que piensa Joseba Beloki, uno de los corredores que puede sacar provecho de la presumible guerra entre los Kelme y Heras: «Desde el puerto de Honduras se moverá la carrera. Me da la sensación de que el equipo Coast tiene mucho que decir. Heras se tiene que mover. No se la puede jugar con Aitor González en los segundos en los que están ahora. Yo voy a intentar buscar el momento que me pueda beneficiar. Si estoy como en los últimos días me la voy a jugar».