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León

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Una de cal y dos de arena. La jornada, en su balance, presenta saldo negativo. Sólo Ademar dio la talla, venciendo y convenciendo. La Cultural ofició de cigarra y cuando quiso ser hormiga ya era tarde. Baloncesto León sigue con el pie cambiado por el sendero de la derrota. Bien Ademar. Pudo y debió vencer por más amplio margen de no mediar la actuación arbitral. Feliz y Martorell, totalmente en la línea de la inefable Cristina y su compañero Permuy. Dominio total del partido por parte ademarista, con el marcador siempre a favor, que es tanto como jugar con viento favorable. Muchas exclusiones (seis para Ademar una solo para el Valladolid, lo que supone haber jugado muchos minutos en inferioridad numérica sobre la cancha), amén del capítulo de penas máximas, ampliamente favorable para los de Pucela. Defensa y contraataque -garra y velocidad- fueron las armas que llevaron a la victoria. Las armas básicas, preferidas por los jugadores del cuadro leonés. Kjelling reencontrándose con su esencial faceta de goleador, con su juego un tanto heterodoxo, sorprendiendo con sus lanzamientos no solo a extraños si que también a propios. Marne poniendo orden y concierto. Metlicie excelente, como también lo fueron sus compañeros. Juanín con apariciones puntuales en momentos importantes, igual que Kasper. Total, una victoria que tiene el valor añadido de todas las logradas en partidos de rivalidad regional. Un público fiel a su equipo -prácticamente lleno el Palacio- totalmente entregado durante el encuentro, tanto en los momentos buenos como en los menos buenos. Excelente matrimonio. Arena de la mejor calidad, fina y dorada como la de mi entrañable playa de Berria. Otro empate de la Cultural. Van... cuatro en cinco partidos. Y aunque punto sea punto -cual opinaba Vujadín Boskov- el valor pasa a ser negativo cuando es en campo propio. Demasiados empates que no demuestras precisamente lo que la afición quiere de su equipo. Caminar cansino por el sendero de la Liga. Por añadidura, empate sin goles, lo que supone partido incoloro e insípido. Y ese negativo dormitar durante buena parte del lance. Baloncesto León sigue tropezando. Tres partidos, tres derrotas en un inicio de competición inesperado. Porque todos esperábamos más y ahora, todos queremos más, esperando y deseando nos sea dado con la inmediatez que el momento demanda.