El entrenamiento de ayer abre la fase de respuesta a los últimos resultados
En un día de tormenta llegó la calma a la Cultural
Tras la tensión de las últimas horas, la calma va llegando poco a poco al vestuario de la Cultural, que ayer realizó un entrenamiento voluntario al que sólo faltaron los
Los estiramientos pusieron fin a la sesión de entrenamiento de ayer
Se levantó la mañana revuelta, con nubarrones de amenaza, pero en el Área Deportiva de Puente Castro ya había pasado la tormenta. La plantilla acudió masivamente al entrenamiento voluntario (sólo había diez jugadores citados obligatoriamente), con la excepción de Suárez, Raúl Ibáñez y Villafañe, que visitaron al galeno para comprobar el estado de sus molestias. Pese a ello, los dos últimos se dejaron ver cuando sus compañeros ya estaban disfrutando de la ducha para comprobar el estado de ánimo que tenía su entrenador. De no ser por los corrillos en voz baja y alguna que otra cara de circunstancias, el entrenamiento, que empezó a las 10.30 y finalizó a las 12.00 horas, hubiera pasado inadvertido dentro de la rutina habitual de la temporada. Rondo para desentumecer músculos, mucho juego con balón y euforia en el momento de las celebraciones de los goles. Con el programa cumplido los estiramientos dieron paso a la ducha y el asueto para los culturalistas, que no se entrenaron por la tarde. La comunión propugnada dentro del seno del vestuario parece que en estos momentos se está convirtiendo en una cuestión visual, al margen de que exista o no tal sentimiento de piña, para que la declaración de buenas intenciones postulada ayer surta efecto e invierta la tendencia marcada por el conjunto desde inicio de temporada. A quien también se pudo ver por las instalaciones colindantes con el río Torío fue a Ángel Barrientos. El director deportivo llegó cuando apenas quedaban ya treinta minutos para que el entrenamiento tocara a su fin y se entretuvo charlando con el segundo entrenador del equipo culturalista acerca de la actualidad del conjunto.