La selección española sólo sale de maniobras

Ni el equipo que sacó de entrada, ni el que actuó en la segunda parte pudieron superar el buen orden defensivo de los guaraníes. Al equipo español le faltó la tensión de un partido oficial. También rapidez y velocidad en sus acciones, ideas y chispa. Dos balones a la madera fueron las mejores ocasiones españolas. Iñaki Sáez experimentó con un nuevo equipo en el que había inicialmente siete jugadores nuevos respecto al último choque contra Irlanda del Norte. Tampoco la selección paraguaya se parece en nada a los «verdes» norirlandeses. Es un equipo defensivo, pero de otra forma, sin cerrarse y saliendo al contragolpe. Paraguay mantiene la garra de siempre, con un juego de calidad, colectiva e individual, un equipo muy serio, organizado, que nunca pierde el sitio. Puso a prueba de verdad a la selección española. En el centro del campo, con una presión arriba que dificultaba la salida del balón, y en defensa, sin dejar un hueco libre con dos centrales veteranos e insuperables, Gamarra y Ayala. A pesar de ello el equipo de Sáez jugó en el primer tiempo bien, elaborando con paciencia en la zona ancha del campo, triangulando con paredes. Lástima que sólo dispusiera de una banda para atacar, la izquierda, donde sobresalió la calidad de Vicente, con centros medidos que no se convirtieron en gol por la falta de acierto en el remate. Por el contrario, por la parte derecha el juego español dejó mucho que desear, entre otras cosas porque Mendieta no es un jugador de banda, Capi apareció poco y Michel Salgado apenas subió. El dominio del juego y el control del partido estuvo siempre del lado español. Aunque los paraguayos en el contragolpe, casi siempre llevado por el peligroso y escurridizo Cuevas, llevó peligro.