APUNTES
Demasiados goles. Los 15 tantos que había encajado Ademar en la primera media hora de partido eran la señal más inequívoca de que las cosas no estaban marchando bien en el apartado defensivo, a consecuencia de lo cual, la escuadra leonesa hubo de variar de forma notable sus planteamientos en la segunda mitad y jugar con intensidad decidida. Nuevo Barakaldo. No tiene nada que ver el equipo de Txampi Rivero con el que había pasado por León en los años anteriores. El bloque de la margen izquierda del Nervión huye de los problemas que se había encontrado tiempo atrás, y con un proyecto de futuro interesante (bajo el patrocinio de Ikea Muebles) se prepara para entrar en otra dimensión más profesional. Este año no está llamado a pasar por problemas serios. Desapercibidos. Cosa rara en el Palacio, por fin los arbitrajes pasan casi inadvertidos a la exigente afición leonesa, que con el paso del tiempo, ha ido aprendiendo poco a poco a dejar de lado las cuestiones de ese tipo, y se centra más en el disfrute del propio espectáculo en sí. Buena cosa, buena cosa. Himno de despedida. El de León se ha convertido ya en la ceremonia del adiós para los partidos de Ademar. Un apunte evidente del sentimiento que acompaña al bloque leonés.