Un bronce Hispano con sabor a oro

Otra medalla más al palmarés de la selección española de balonmano y ya he perdido la cuenta. Esta es de bronce sí, como la que lograron hace justo diez años, pero sabe a gloria, a equipo de leyenda —que nadie olvide que son los actuales campeones de Europa— a generación insaciable que nos ha malacostumbrado con sueños casi siempre imposibles que se terminan por cumplir. Ayer, ante Francia (35-29), no hicieron nada nuevo, otro día más en la oficina, otra demostración de compromiso, entrega y sacrificio desde el minuto uno. Lo mismo que frente a los daneses en semifinales. Lástima que el partido ‘tonto’ no llegara antes en un Mundial de Egipto prácticamente impecable. De haber sido así quizá el valor de presea sería el más alto posible. Pero no vale la pena darle vueltas. Son terceros de una cita en la que las grandes potencias volvieron a demostrar que este deporte es cosa del viejo continente. El resto están lejos de dar el golpe.

España quería esta medalla. La quiso desde incluso antes de saltar a la pista. Quizá desde la piña que formaron tras caer contra Dinamarca. Ahí empezaron el siguiente partido. Ribera tiró de su equipo más repetido en la competición —con el ademarista Rubén Marchán en el pivote— y la segunda unidad presta para cuando fuese necesario. Los galos, por su parte, llegaban mucho más castigados a nivel físico. Pero Francia siempre es Francia. La salida de los Hispanos fue brillante, con un parcial de 4-0 a los cinco minutos y un 8-4 poco después que dejó claras sus intenciones. Nada de fallos tontos y a correr como alma que lleva el diablo. Esa fue la carta de presentación. Obviamente los Descat, Fabregas y compañía no iban a permitir una humillación. Espoleados por el portero Vincent Gerard, que forzó dos errores consecutivos de lanzamiento de penalti, el conjunto francés se agarró a la pista y de qué modo. Con los pivotes Ludovic Fabregas y Nicolas Tournat como punta de lanza, la selección gala comenzó a acercarse peligrosamente en el marcador, hasta situarse a tan sólo dos goles (14-12) a menos de cuatro minutos para llegar al descanso. Y tras la reanudación acortaron distancias hasta los dos tantos.

España, lejos de ponerse nerviosa, volvió a centrarse con los hermanos Dujshebaev haciendo honor a su apellido —Ocho goles de Álex y seis de Dani— y Corrales apuntalando una portería de la que se marchó en el minuto 60 con 17 paradas en su haber. Aún así, Francia se vio varias veces con opciones de meterse en el encuentro, como en el 26-23 a falta de quince minutos. Pero de nuevo la selección española metió una marcha más asegurándose la victoria. Todo un éxito para unos Hispanos que hoy serán recibidos con honor en Madrid ante de despedirse hasta los Juegos de Tokio, su próximo sueño.