El Bidasoa empequeñece al Ademar
Ni defensa ni ataque. Al Abanca Ademar no le salió nada en su regreso a la Liga Asobal. Y eso se tradujo en derrota frente al Bidasoa Irún (27-33) en un pulso entre dos de los máximos candidatos al subcampeonato liguero que se decantó del lado de los visitantes, más ‘enchufados’ desde el inicio. Y en cierto modo más consistentes. Y eso en un envite de altos vuelos siempre es un argumento a tener en cuenta.
Si en la primera vuelta en suelo irundarra los de Manolo Cadenas se llevaron el pulso merced a una gran primera parte, ayer el guión cambió de protagonista con un Bidasoa que en un visto y no visto se ponía 0-2 con los tantos de Aguinagalde y De la Salud. Respondía el Abanca Ademar aunque sólo con la aportación de Marchán y Gonzalo Pérez, los únicos que en los primeros diez minutos dieron con el camino exacto a la portería defendida por Ledo. Poco bagaje para intentar marcar el paso. Y menos aún si en defensa los uno a uno se decantaban siempre del lado vasco. Y también cierta pizca de suerte que les permitía contar con un porcentaje de acierto notable. Todo lo contrario de los ademaristas.
Con ese panorama no era de extrañar que en apenas 15 minutos la situación empezara a tornarse en preocupante. En ese momento con el 8-11 Cadenas pedía tempo muerto para intentar reconducir la situación. Natán recortaba distancias pero la respuesta visitante volvía a ser contundente. La segunda exclusión de Semedo iba a hacer mella también en la retaguardia. Y en el intercambio de goles tampoco salían beneficiados los locales que sin dar con la tecla se iban hasta cuatro goles abajo con el 10-14. A falta de dos minutos para el descanso una ligera reacción servía para acortar distancias hasta el 16-18. Momento en el que Jacobo Cuétara pedía tempo muerto por parte del Bidasoa. Receta que le valía para que un parcial de 0-2 dejara el electrónico en el 16-20. Muchos goles encajados por el Abanca Ademar. Y pocos anotados para mirar con optimismo un panorama al que aún le faltaban otros 30 minutos por delante. Complicados para reconducir la situación pero con un plantel como el de Cadenas capaz de gestas mayores, factible. Eso sí, era preciso variar de manera radical la dinámica. Empezando por la defensa y acabando por el ataque, tanto a la hora de ver puerta como de minimizar los fallos. Que ayer fueron muchos para los de casa.
Tras el descanso, lejos de cambiar la tónica del encuentro, Bidasoa Irún siguió jugando a placer con una primera línea muy resolutiva ante un rival al que nada le funcionaba, y que además acabó por perder también la inspiración ofensiva que le había mantenido cerca en el marcador. Ni el gol de Tin Lucin nada más comenzar el segundo capítulo del partido iba a reportar un escenario más halagüeño. Los de Jacobo Cuátera respondían de la mano del veterano Rodrigo Salinas. Semedo también aportaba con su gol para el 18-21. Pero a partir de ahí un parcial de 0-3 volvía a elevar el nivel de riesgo. Cadenas no quería que la situación se escapara definitivamente de las manos y solicitaba un tiempo muerto. Apenas habían transcurrido cinco minutos y el panorama lejos de cambiar a mejor seguía en modo tempestad.
De los cuatro goles abajo se pasaba nada menos que a la media docena con el 22-28 a los 14 minutos. Nuevo tiempo y cambio de planes. Ni con defensa de 6-0 ni con el 5-1 la situación parecía reconducirse a la hora de contener a los irundarras, especialmente a un ex como Aguinagalde que campaba a sus anchas cerca de la portería defendida por Slavic primero y Ghedbane después. En ataque el recurso pasaba a ser contar con siete jugadores utilizando el séptimo en lugar del portero. Pero no era el día de los locales. Y menos vistas las dos acciones casi consecutivas en las que desperdiciaban dos siete metros. El recurso del medalla de bronce en el reciente Mundial, Rubén Marchán, tampoco surtía efecto. Hasta en una acción ofensiva otro de los mimbres ofensivos, Natán Suárez, sufría un fuerte golpe que le obligaba a pasar los últimos minutos del partido desde el banquillo.
Después de una sequía en ambos equipos, que favorecía al conjunto de Cuétara dada su distancia en el marcador, que llegó a ser de hasta siete goles (22-29), el partido ya no tuvo historia en el último cuarto del mismo ante la impotencia ademarista y el partido serio y tremendamente efectivo de su rival que se llevó dos puntos de oro en la lucha por la segunda plaza.
Un revés en el regreso a la Liga Asobal para un Abanca Ademar que en las últimas temporadas parece no cogerle el pulso a los irundarras cuando se ven las caras en el Palacio. A domicilio ya es otra cosa. Aunque ayer la intención de los de Cadenas era variar esta dinámica.