El antifútbol triunfa en El Toralín

La Deportiva se vio impotente a la hora de desarmar el entramado defensivo montado por Davi Amaral, un técnico al que su sistema de contención le ha otorgado sustanciosos dividendos desde que se sienta en los banquillos. El buen fútbol brilla por su ausencia cuando Amaral está por medio, pero a él y a sus jugadores eso les debe importar un comino, máxime cuando ocupan uno de los primeros lugares de la tabla. Que la Universidad sea un equipo diseñado para destruir el fútbol es lícito, desde el punto de vista reglamentario, lo que no puede permitirse en modo alguno es que un trío arbitral se les una en una victoria del antifútbol. Los canarios se pasaron la mañana dando patadas, perdiendo tiempo, protestándolo todo y gozaron del beneplácito arbitral. Los bercianos no dieron leña, fueron víctimas del sainete montado por su rival y por los tres colegiados y terminaron el partido con un hombre menos. El vídeo del partido debería terminar en manos de los responsables del fútbol español para que hicieran examen de conciencia. La Deportiva fue el único equipo que quiso jugar al fútbol para lograr los tres puntos. Los canarios también querían ganar, pero utilizaron otro camino. Por esa senda deambuló también el trío arbitral. Amaral jugó con cinco atrás, Medina, Guillermo y Ojeda en el centro, a los que sólo les faltó arrancarle la cabeza a Panadero. Los tres se fueron con una amonestación que se antoja insuficiente. Por la derecha estaba Darino, sorprendente goleador canario, y por la izquierda Guillermo, que debió irse a la calle a poco del inicio por una entrada sobre Toñín que puso los pelos de punta. El árbitro le despachó con una amarilla que debió saberle a gloria al insular. Por delante circulaba Aláez y en la medular, Pachi, Alexis y Santana. Sólo dejaban arriba a Fas, que también hacía su papel de «delantero estorbo». Lo mejor de la Deportiva era la banda derecha. Por allí combinaban Cascallar y Toñín, siendo éste último el más destacado de los locales. El ayer capitán centró desde la banda para que Panadero neutralizara el tanto materializado por Darino. El cordobés anotó a la media vuelta tras controlar en el área. El canario había hecho un gol fantasma que dio como válido el auxiliar. En un falló defensivo local, Darino remató raso en el segundo palo tras saque de falta. Álvaro llegó a tocar la pelota, pero ésta traspasó la línea de gol, o eso dijo el línea. Toñín lanzó un centro-chut que entre el portero Ibrahim y el larguero desviaron del marco canario. El viento casi convierte en gol un servicio envenenado de Cascallar. Tras el descanso, los canarios se apoderaron de la zona ancha y Simón dio entrada a Arcadio por Igor en un cambio protestado, pero el rubio andaba renqueante. Cascallar pudo marcar pero envió a las nubes tras cantada de Ibrahim en su salida. El árbitro pitó mano de Álvaro por entender que salió del área y Jonathan mandó fuera en el último minuto. Si marca habría sido el colmo. En el descuento, Arcadio vio dos tarjetas consecutivas por protestar y se fue a la calle. Arreciaron las protestas. Era la voz de la impotencia ante tamaño fraude.