El Maldini del baloncesto y el balonmano leonés

Profesor de Educación Física, apasionado del fútbol, autor de la novela 2058 y desde hace unos meses también el leonés que más sabe de estadísticas deportivas. Una suerte de ‘Maldini’ del basket y el balonmano que cada fin de semana —o cuando el loco calendario deportivo lo exige— se empapa de cientos de datos para que otros conozcan al segundo los designios del Pajariel Bembibre y el Abanca Ademar. Pases, goles, canastas, puntos... pocas cosas se le escapan a Daniel Casado Berrocal.

«Lo cierto es que nunca pensé en dedicarme a esto. Fue el pasado mes de septiembre cuando me topé con una oferta de trabajo de una empresa francesa. Necesitaban a alguien que recogiera las estadísticas de equipos en una plataforma para que posteriormente ellos vendan esos datos a diferentes casas de apuestas», señala. La suya puede considerarse como una de esas nacientes —o al menos reinventadas profesiones— que han surgido a la sombra de las nuevas tecnologías. Un servicio online seguido por miles de personas en todo el planeta que mueve millones de euros. Daniel aclara que el mundo de las estadísticas deportivas está bien pagado. «Se puede vivir de ello perfectamente pero siempre y cuando estés en una ciudad grande estilo Madrid o Barcelona donde puedas gestionar los datos de varios clubes. En mi caso, que aquí en León solo sigo estos dos equipos, cobro mucho menos pero sí me saco un dinero extra».

Después de pasar la pertinente formación —donde dominar el inglés se convirtió en un requisito indispensable para obtener el trabajo— Casado comenzó a seguir los encuentros como locales de bembibrenses y ademaristas. «Retransmito los partidos en directo, subo los datos a una aplicación y al mismo tiempo hay otra persona de la empresa controlando siempre que lo haga bien y sobre todo que no pueda manipular ningún tipo de dato». Y es que el rigor y la rapidez se antojan esenciales para erradicar cualquier fraude. «Por supuesto nunca conozco al compañero que me controla, nos comunicamos por teléfono siempre que ocurre algo. Por ejemplo, si por lo que sea se para el partido —un tiempo muerto, una falta o cualquier percance— enseguida recibo una llamada suya para que le explique lo sucedido».

Otros sueños

En un futuro no muy lejano Daniel tiene el sueño de decicarse al mundo del deporte pero desde dentro. «Me gustaría ser entrenador de fútbol o de baloncesto». Por ahora tiene bastante con seguir a Pajariel y Ademar, dar forma a sus próximas publicaciones y sacarse la oposición de Educación Física. No hay reto que se le resista a este leonés de tan solo 24 años.