El Deportivo tiene pulso

El Deportivo de la Coruña acabó con su mala racha de resultados, aunque fue incapaz de mejorar el discreto juego de las últimas semanas, tras imponerse por 1-2 en su visita al campo de un Rayo Vallecano, que fue incapaz de inquietar en ningún momento al cuadro gallego. Los coruñeses llegaban alicaídos a Vallecas. Tres derrotas consecutivas, la lesión de Valerón, la enfermedad de Molina, en fin, un cúmulo tal de circunstancias, que hacían que a los gallegos les fuera algo más en el encuentro que los simples tres puntos. Por eso no fue de extrañar que el conjunto blanquiazul, pese a monopolizar desde un inicio la posesión del esférico, no se acercara más que en contadas ocasiones con algún que otro peligro a la portería de Imanol Etxeberría en toda la primera parte. La verdad es que tampoco le hizo falta mucho a los deportivistas para ponerse por delante en el marcador, pues si los atacantes gallegos eran de por sí incapaces de crear la más mínima ocasión de gol, la zaga rayista se encargaba con sus imprecisiones de llevar el miedo a la hinchada local. Lo único positivo del encuentro para los madrileños fue la reaparición de Michel, que regresó a jugar un encuentro oficial tras permanecer seis meses fuera de los terrenos de juego a causa de la rotura del tendón de Aquiles.