Concierto de silbato en Bembibre

El Municipal de «La Dehesa» vivió uno de los peores encuentros de los que se recuerdan en esta estadio por su escasa fluidez en el desarrollo del mismo y por la abnegada actuación del colegiado de turno. Pero hay que decir que el encuentro empezó por buenos derroteros, con un Salamanca que mantuvo el control del juego hasta que el colegiado lo permitió, llegando incluso con peligro al portal de Manolo. Joaquín, a los cuatro minutos, ya dispone de la primera oportunidad mandando el balón cerca de la base del poste. Tras esos primeros dominios del equipo visitante, el conjunto local encadena una serie de jugadas poniendo cerco al portal de Pinillos pero sin que tuviese que emplearse a fondo. El 0-1 llegaría en el minuto 12 de esta primera parte precedido de un clarísimo fuera de juego del jugador Ángel que el asistente no señala permitiendo la continuidad de la jugada para que centrase sobre el punto de penalti y donde Joaquín batía a placer la portería rojiblanca. Pudo aumentar la diferencia pocos minutos más tarde el jugador Alonso tras un barullo dentro del área local, al final la defensa envía a córner desbaratando la oportunidad. Es aquí donde comienza todo el tinglado del encuentro. El árbitro pierde los papeles pero no las tarjetas. No hace caso ni a su propio asistente que le avisa que el jugador Ruano comete un penalti haciendo caso omiso. Nueve fueron las tarjetas que sacó desde el minuto 32, que origina esta jugada, hasta el final de los primeros 45 minutos. En la reanudación la tónica continúa siendo la misma. El colegiado protagonista y los jugadores los actores, permitiendo que el 0-2 suba también al marcador en un posible fuera de juego. Los del Salamanca B se dedican a perder todo el tiempo posible, intencionadamente, y tengo contabilizado como que de juego real se jugaron tan sólo 10 minutos. Tras negarle un penalti al Bembibre, en el 88 señala el que sería el resultado definitivo transformándolo Josines tras repetirlo por dos veces.