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OPINIÓN Miguel Pardeza

Aimar, la inspiración divina

Publicado por
León

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Asomarse a la liga argentina es hacerlo a un patio de colegio donde todos juegan a ser el mejor y donde a nadie se le olvida la forma de conseguirlo. Que uno haya visto, en aquellas latitudes el individualismo todavía no es perseguible de oficio y al jugador se le continúa midiendo por centímetros de descaro y pesando por kilos de imaginación. Evidentemente, analizada desde la sensibilidad y perspectiva europeas, este rasgo congénito no deja de tener un trasfondo fuera de nuestra realidad, de aquí a veces que nos guste creer que una cosa es jugar en Boca o en Independiente y otra en el Barcelona o el Zaragoza. Pero al margen de esta discreta mentira, seríamos más exactos si reconociéramos que no tiene mucho sentido fichar a Riquelme por haber destacado jugando en libertad y someterlo luego al severo corsé de un sistema determinado. El fracaso del buen jugador argentino no ocurre en muchas ocasiones tanto por falta de adaptación como por un garrafal error de comprensión de sus cualidades. Por fortuna, no es este el caso de Aimar. Para el Valencia, contar con un mediapunta como él ha supuesto dotarse de una dosis segura de inspiración divina, una receta que viene no poco bien cuando a los diablillos de la espesura les da por hacerse los estrechos. Ya su misma ubicación es un crucigrama para los contrarios. No es fácil desenvolverse de espalda a los dos centrales y de frente a los dos medios defensivos, con el mal carácter que suelen tener los unos y los otros. Sólo el gol parecía que se le negaba dentro del amplio repertorio de desmarques, velocidad y pases que venía ofreciendo en cada partido. Pero frente al Athletic se le ocurrió meter nada menos que tres, una hazaña que ya podrá contar a sus nietos. Aimar, que sufrió la temporada pasada para decir completo su nombre, se ha encaramado al reconocimiento unánime con estos tres goles, con lo que su suerte ha pasado definitivamente del patio del colegio a la universidad. Esperemos que siga haciendo carrera.