Los árboles no esconden el bosque

La Cultural puso fin a su sequía de victorias y lo hizo de forma contundente ante el colista del grupo. Sin embargo, el juego del equipo leonés, atenazado por la ansiedad por la que atraviesa su plantilla, fue tosco y simple, falto de ideas y sólo la candidez de su oponente permitió que la goleada se fraguara. Y es que el Lugo también tuvo sus opciones, pero la falta de punch resultó decisiva en el desenlace del encuentro. El partido se puso de cara para la Cultural desde su inicio. Se cumplía el minuto tres cuando Villafañe remate un balón entre un bosque de piernas en el interior del área lucense, y tras pegar en la espalda de Tito se introduce en su propia portería. Era el 1-0. Lo que parecía el inicio de una clara goleada se transforma en un juego ramplón y sin ideas de una Cultural que domina el encuentro pero sin ninguna autoridad, hasta el punto que el conjunto gallego comienza a estirarse y a llenar de incertidumbre a la zaga leonesa. Pese a ello, Rubén e Irazusta disfrutan de dos buenas ocasiones para aumentar la cuenta, pero sus remates se pierden en el limbo. En la recta final del primer tiempo es Bryan el que puede lograr el empate, pero Rubio se muestra superior al jugador culturalista en las filas lucenses y fuerza su error en el remate. Superado el susto, finaliza el primer periodo. Los inicios de la segunda parte mantienen los mismos parámetros que la primera. La entrada de Redondo por Irazusta dota de más movilidad a la vanguardia leonesa, pero la misma no se traduce en nada efectivo. Cuando las protestas del respetable comenzaban a aflorar en la grada, llegaría la jugada que iba a cambiar el curso del partido. José Vega controla un balón prácticamente en la línea divisoria del campo al borde de la banda izquierda del ataque culturalista, y tras ver la alocada salida del portero Carlos le bate con una espléndida vaselina. Era el 2-0 cuando se cumplía el minuto 61. Con el encuentro encarrilado la Cultural comienza a trenzar algo de fútbol, aunque tienen que pasar doce minutos para que cree una nueva ocasión, y ésta se produce por la bisoñez de su oponente, al derribar Tito a Redondo sobre la línea del área de penalti. La pena máxima la transforma Suárez con un disparo raso a la izquierda del portero gallego. Sin apenas tiempo para reaccionar llegaría el cuarto gol leonés. Redondo realiza un soberbio desmarque entre dos defensores, viendo muy bien Fran ese movimiento, metiéndole el balón al hueco para que el madrileño remate a placer sobre la salida a la desesperada del cancerbero lucense, estableciendo el 4-0 que ya sería definitivo en el minuto 76. Todavía pudo aumentar la Cultural la cuenta, pero Carlos envió a córner el gran remate de Mario.