DERROTA TRAS DERROTA

Una trayectoria gris. La selección nacional puso ayer con un partido lamentable fin a la fase clasificatoria en la que ha perdido todos los partidos -Italia, Rumanía y Rusia- y en la que no ha tenido opción en ninguno de ellos. La vuelta, el 9 de noviembre, en Moscú es ahora un mero trámite. Con una selección de circunstancias, en la que había 10 bajas, y con varios jugadores que disputan el campeonato de segunda división, España no pudo en ningún momento con la selección rusa, que tampoco demostró un gran nivel técnico sobre el terreno. Ahora sólo queda esperar a un milagro ante un rival poderoso que además jugará en campo propio el partido de vuelta. Y es que España dista mucho de ser un adversario complicado para los mejores equipos continentales, máxime si en su formación no están los llamados a ejercer de titulares como fue el caso de ayer ante el combinado ruso, muy superior al español en esta fase de clasificación.