Diario de León

Balonmano

A la final y a Europa por la puerta grande

Los leoneses, sustentados por un gran Slavic en portería, se medirán hoy al Barcelona con el billete a la Liga Europea en el bolsillo (26-30)

Dino Slavic volvió a rozar el sobresaliente en la portería del Ademar, con numerosas paradas que frenaron en seco las acometidas del Bidasoa Irún. EDUARDO ÁGREDA

Dino Slavic volvió a rozar el sobresaliente en la portería del Ademar, con numerosas paradas que frenaron en seco las acometidas del Bidasoa Irún. EDUARDO ÁGREDA

León

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Otra gesta más de Manolo Cadenas y sus pupilos... otro imposible que se torna en realidad, otra demostración de que su sola presencia en el banquillo puede obrar cualquier milagro. Y este último se antoja de proporciones bíblicas. Sí, el Abanca Ademar vuelve a una final de Copa del Rey once años después —la peleará hoy contra el todopoderoso Barcelona, 19.15 horas Teledeporte y La 8 León — y sí, se asegura su presencia en la próxima edición de la Liga Europea de Balonmano. O lo que es lo mismo, el Maná caído del cielo en pleno desierto tras dos batallas ante Huesca y Bidasoa (a los vascos les vencieron ayer 26-30) y una temporada de locos que hacía imposible a los leoneses optar a los puestos europeos vía Liga Asobal.

Ya desde el mismo día del sorteo se le abrieron las puertas del cielo de par en par al conjunto ademarista. Y no es que oscenses y vascos fueran un camino de rosas, pero hoy en día todo lo que sea no cruzarse antes de tiempo con los de Xavi Pascual es sinónimo de esperanza. Dos finales, dos. Ese fue el mensaje que caló dentro del vestuario más allá de los kilómetros que arrastran desde hace meses en sus piernas. Dos duelos para salvar la campaña y el futuro. Porque disputar la segunda máxima competición continental asegura —más que ingresos— sí el interés de tantos jugadores que de otra forma no vendrían a León. Por tanto, mérito enorme de una plantilla que jamás se rinde pese a la adversidad.

Frente al Bidasoa salieron más pausados en su juego que en cuartos de final. Había que madurar el partido poco a poco porque los de Cuétara castigan —y mucho— cada error con contras incluso más veloces que las propuestas por el propio Ademar. Y aunque los primeros minutos fueron un reparto de golpes, la sensación era de que los leoneses tenían la eliminatoria controlada. De hecho abrieron brecha con un +4 a falta de diez para el descanso que mostró el camino a seguir. Los porteros resultaron fundamentales en ambos clubes. Slavic rozando el sobresaliente y Sierra el notable alto. De hecho el ex de Valladolid metió a los suyos en la semifinal con tres intervenciones de mérito desaprovechadas por los ademaristas para haber roto definitivamente el partido mucho antes.

Lucin anda iluminado. Lo está sobre todo en las primeras partes, pero siempre aparece cuando más faltos de ideas están sus compañeros a la hora de encontrar el gol. Cadenas apostó por Feutchmann y Semedo para cerrar huecos atrás y le dio resultado. El chileno no se arruga y cuanto más señalado parece estar mejor brilla su juego. Un juego canchero, de garra, nada vistoso pero enormemente efectivo. En cuanto al de Cabo Verde de nuevo —como ante el Huesca— fue la cara y la cruz. Bien en tareas defensivas pero muy errático en el tiro exterior, lo que permitió que Bidasoa se marchase uno arriba antes del segundo acto (14-13). Aunque poco importa ya, porque su lesión en el talón de Aquiles podría dejarle en el dique seco hasta el curso que viene. Una lástima perder a uno de los grandes fichajes de esta 2020-21.

Los segundos 30 minutos le pesaron mucho a los irundarras. El Ademar estuvo más fresco de ideas y la aparición de Natán Suárez terminó por darles la puntilla a los vascos. Su facilidad para irse en el uno contra uno es oro molido. Una vez que los leoneses volvieron a tener una renta de +4 a falta de 14 para el final se vio que esta oportunidad no iban a dejarla escapar. Y así fue. El Barcelona completó su ‘parte del trato’ ganando 32-22 al Granollers. Hoy toca día para disfrutar, para plantar batalla y para soñar.

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