El Valencia impone su sello de calidad en Anfield Road

El campeón de la Liga española dominó por completo al Liverpool en la primera parte y en la segunda defendió con éxito su ventaja, gracias también a la sobresaliente actuación de Cañizares, que realizó cuatro grandes intervenciones -tres de ellas en el segundo tiempo- en un partido en el que el Valencia volvió a demostrar solidez y experiencia. Con esta derrota, el Liverpool se ha complicado incluso su billete para continuar en la gran competición europea, en la que el Valencia también pisa con fuerza. El Valencia tuvo el partido totalmente controlado en la primera mitad ante un decepcionante Liverpool que hasta el descanso fue de más a menos y sólo tuvo una ocasión en todo ese periodo, ya con 0-1 en el marcador. Cañizares evitó el empate en el minuto 40 en la primera llegada inglesa en la que realmente sufrió el Valencia, porque el equipo de Rafa Benítez en el primer tiempo dispuso del balón y se mostró muy serio en defensa y autoritario en el medio campo, aunque no tuvo suficiente efectividad arriba. El Liverpool impuso un alto ritmo en los primeros minutos, pero se desinfló muy rápido ante un Valencia perfectamente posicionado que con la sola presencia de Baraja y Aimar ya intimidaba a los «reds». El centro-chut del Kily González que pegó en el larguero a los diez minutos fue sólo una anécdota durante un periodo en el que los ingleses recurrieron a la presión y la fuerza en el centro del campo para impedir las llegadas visitantes. Pero cuando el Valencia se hizo definitivamente con la posesión de la pelota y el Liverpool aflojó en la presión, el duelo pasó a tomar por completo color blanco y negro. El Liverpool siempre buscaba con balones largos a Heskey y a Owen, pero la sólida defensa del Valencia no permitió ningún susto, ni siquiera a balón parado, hasta que casi en la recta final, y en una contra, el Balón de Oro le puso un balón a Gerard al que respondió con un paradón Cañizares. Hasta ese momento el Valencia había vivido un plácido partido, porque el Liverpool sólo pasó a presionar en su propio campo. Pero el Liverpool no podía seguir en esa línea, porque estaba obligado a la victoria, y por ello recurrió por fin a la fuerza y el empuje. El Liverpool, más con corazón que con juego, consiguió echar atrás al Valencia, que durante esa segunda parte se olvidó por completo del balón y tuvo que dedicarse a defender de las acometidas inglesas, afortunadamente bastante esporádicas y sin un gran peligro. Pero el Valencia no sólo logró aguantar el resultado, sino que en una de sus llegadas en esa segunda parte pudo marcar otro gol con un tremendo disparo de Angulo que despejó el meta. La gran defensa del Valencia dio sus frutos y el equipo ché tocó la moral del Liverpool y enfrió el partido.