El argentino demostró ante el Brujas que su fútbol tiene cabida en el Barça
Riquelme toma el mando de la nueva hornada culé
Juan Román Riquelme volvió a demostrar en Brujas que no se trata de un jugador común, porque puede pasar muchos minutos desapercibido y después desequilibrar un partido en el que, además, se convirtió en el referente de un animoso grupo de veinteañeros que compartieron con él la titularidad. La imagen del barcelonista Riquelme tras el gol, con las manos en sus orejas, imitando al popular personaje infantil Topo Gigio, es sin duda la del partido en Brujas. Un amague, dos recortes y un tiro desde la frontal resumen lo fácil que ve el fútbol el ex jugador de Boca que no está viviendo días felices en Barcelona. Para el barcelonismo, no sólo fue importante el gol de Riquelme, o la imponente racha de siete triunfos consecutivos en Europa o la clasificación para la segunda fase conseguida a falta de dos partidos, tanto como la demostración que los jugadores de la cantera tienen la suficiente calidad para asegurar el futuro del equipo. Van Gaal dejó a ocho titulares en Barcelona. Mantuvo en el equipo a sólo dos habituales (Puyol y Navarro), hizo debutar a 4 jóvenes (Tortolero, Iniesta, Sánchez y Sergio), volvió a cambiar al meta (Enke) y dejó la manija del juego a Iniesta y Riquelme. Respuesta a sus detractores Sus detractores, aquellos que pronosticaron que Román nunca podría triunfar en Europa por sus prestaciones de jugador a bajas revoluciones, tuvieron la ocasión de comprobar como la condición física y la velocidad no lo son todo en el fútbol mientras exista la calidad, y Riquelme la tiene. Si ante el Alavés Riquelme disfrutó con las combinaciones que tejió con Saviola y la magnífica asistencia que regaló a Kluivert, ante los belgas Riquelme se complementó con Iniesta, un joven de 17 años, genuino producto de la escuela de La Masía. Por el momento, Riquelme tiene paciencia. Se sabe en el banquillo, pero también que poco a poco tiene más opciones, que es el favorito de la grada y que si es capaz de desequilibrar habrá cubierto parte del camino.