Fútbol | Primera División
El Barça apabulla a la Real
Real Sociedad 1 Barcelona 6 Messi lidera la goleada de los de Koeman, que no renuncian a la Liga
Habitualmente pasa desapercibida entre sus casi ilimitadas habilidades (1-6), pero hay una virtud de Leo Messi mucho menos vistosa, aunque tan decisiva como las demás, que le procura al Barcelona un buen número de puntos en cada temporada. Hablamos de la capacidad del argentino para atraer rivales, que gravitan en su órbita hasta que Messi decide que la jugada tiene que continuar por otro lado, normalmente por un compañero desmarcado y en posición de peligro. Así, mientras el ‘10’ caracoleaba de espaldas a portería en el área de la Real Sociedad, Jordi Alba se desmarcaba hacia la línea de fondo. Así, mientras el capitán azulgrana zigzagueaba en dirección a la frontal aglutinando defensas, Dest cortaba al espacio como un cuchillo. Ambas acciones acabaron en gol. El 0-1 y el 0-2 en poco más de cinco minutos justo antes del descanso. Otro paso firme más en la carrera por el título en una plaza complicada como es Anoeta.
La cuestión de los carrileros no es baladí en este Barcelona. Con el 3-4-3 que ha implantado Koeman, Jordi Alba y Dest vuelan por las bandas sin límite de velocidad. En la jugada del primer gol le puso la pelota a Dembélé solo para empujarla, aunque Remiro se hizo gigante en los pies del galo y tuvo que ser Griezmann quien se apuntase el tanto en el rechace. Dest, por el contrario, es un martillo pilón. A fuerza de atacar, acaba generando ocasiones. Ante la Real, incluso convirtió sus dos primeros goles en Liga: hizo el 0-2 definiendo cruzado en la ya mencionada asistencia de Messi y el 0-3 a pase de la muerte de Jordi Alba al poco de comenzar la segunda parte. De lateral a lateral, como le gustaba a Johan Cruyff.
Casi sin tiempo para medir la reacción ‘txuri-urdin’ el Barça marcaba un gol tras otro. Inmediatamente después del tercero cayó el cuarto y con él se acabó el partido, si es que quedaba algo ya. Busquets se inventó una asistencia de fantasía desde el eje central y Messi acarició con el exterior la pelota tras botar, superando así a Remiro. Diez minutos más tarde, Dembélé definió con la derecha en lo que habría sido el quinto, pero el VAR corroboró el fuera de juego que solo había apreciado el asistente en directo.
Descanso para los fijos Llegado a este punto uno podría pensar que el Barcelona se dio un baño y masaje en Anoeta, aunque lo cierto es que hasta el 0-1, nada más lejos de la realidad. Dominaba el balón el conjunto azulgrana, sí, pero le costó crear peligro. Luego se dio un festín.