Fútbol | Primera División
Vinicius y Benzema dejan al Madrid líder en solitario
Mestalla vivió un duelo entre Valencia y Real Madrid como los de antes (1-2), cuando ambos peleaban por todo. Mucho ritmo, la grada encendida y lucha sin reservas. Más brega y emoción que fútbol, eso sí. Tenía cerca la victoria un equipo al que Bordalás le ha devuelto el espíritu competitivo y las ganas y que cual ave fénix parece haber regresado después de dos campañas de padecimientos en mitad de la tabla.
Le planteó al conjunto blanco un auténtico conflicto de guerrillas y se adelantó mediante el exmadridista Hugo Duro, pero hay dos hombres que actualmente están bendecidos y convierten casi todo lo que tocan en oro. Vinicius y Benzema, otra vez, como ante el Celta, sacaron adelante una victoria que ya parecía imposible. Lo hicieron impulsados por el paso adelante que de nuevo supuso para el equipo de Ancelotti la entrada de jóvenes como Camavinga o Rodrygo desde el banquillo.
La inspiración dejó sin premio a un meritorio Valencia, un equipo trabajado tácticamente al nivel al que Bordalás ya acostumbraba en el Getafe, que empujó al Madrid hacia sus propios dominios a través de una presión titánica. Ancelotti por su parte cambió el dibujo táctico, del habitual 4-3-3 al 4-2-3-1 para acomodar a Hazard en la mediapunta, con Valverde y Vinicius en las alas y Casemiro y Modric en la medular.
Dos zarpazos
El Valencia se puso por delante con gol de Duro pero en los minutos finales los blancos remontaron
La adversidad no doblegó al entusiasta Valencia, con capacidad todavía para seguir llevando la iniciativa del juego, pero la fortuna se conjuró en su contra de nuevo cuando Correia, muy activo en defensa para detener a Vinicius y también en ataque, se rompió en una carrera frente a Hazard. Ni media hora de juego y un parte de bajas propio de batalla. Como si se tratase de algo contagioso, apenas unos minutos después Carvajal, muy castigado por las dolencias físicas en los últimos tiempos, enfilaba antes de tiempo el camino a los vestuarios dando el relevo a Lucas Vázquez.
Entre tanto parón el duelo tornó hacia lo bronco, muy propio también con la tradicional hostilidad al Madrid entre el valencianismo en los últimos años. Maxi Gómez se fue a por un balón largo hacia el área blanca y cayó en la pugna ante Alaba, provocando la ebullición en la grada de Mestalla sin que el asturiano González Fuertes ni el VAR estimasen nada punible. Entre todo ello poco fútbol y ocasiones reales, apenas un disparo lejano de Casemiro, un centro raso que llevaba veneno y que Alaba neutralizó con Courtois ya superado y sobre todo un cabezazo franco de Paulista respondido con seguridad por el portero belga. Más ruido que nueces para una primera parte de prometedor inicio.
Parecía que la rebaja de un par de velocidades al partido no le venía del todo mal, pero en esas, un desajuste defensivo, otro más, esta vez de Lucas Vázquez, permitió que el balón le quedase franco a Hugo Duro, que esta vez no perdonó y empaló con su zurda para la explosión fallera en Mestalla.
La solución de Ancelotti a la delicada situación pasó por los jóvenes, como ante el Inter en Milán. Otra vez Camavinga y Rodrygo en acción y lo cierto es que mejoró el Madrid. Volcado en pos del empate, fue generando las ocasiones de las que hasta entonces no había ni rastro. La más clara antes de la traca final, de Rodrygo, un hombre con buena relación con el gol al que esta vez le faltaron unos centímetros de precisión en la volea.
Con el Madrid volcado, primero Vini y luego Benzema silenciaron Mestalla.