Una igualada que estaba cantada

De un partido entre un equipo que llevaba seis empates seguidos y otro que llevaba tres podría extraerse la conclusión de que se iba a producir un empate. Por suerte el fútbol no entiende de esas cosas, pero el empate fue al final el resultado que se dio. Un 1-1 que es muy de valorar para la Deportiva, que puntúa por primera vez en La Romareda en Segunda División, pero a la vez tiene sabor amargo, porque la formación que ayer vestía de negro concedió el empate y se acabó metiendo atrás (o le metió el rival) y a punto estuvo de volver para El Bierzo de vacío.

Siete novedades introdujo Bolo, que puso en el equipo titular con un sistema 4-2-3-1 a Iván Rodríguez en el lateral derecho, a Pascanu en el centro de la zaga, a Pujol en el lateral izquierdo, a Cristian Rodríguez en el mediocentro, a Saúl Crespo de mediapunta, a Saverio en el extremo izquierdo y a Sergi Enrich en punta. Nieto por Chavarría y Borja Sainz por Bermejo fueron novedades en el equipo local, que cambió toda la banda izquierda.

La primera parte fue paupérrima. Se puede resumir en dos especies de tiros de Cristian Rodríguez al principio en una falta lejana y otro balón puesto por él que tocó Copete y atrapó el portero en la última acción del primer acto. Y nada más. Juego insulso, muchas imprecisiones en ambos conjuntos y nada en ataque. El Real Zaragoza tuvo varias acciones a balón parado, pero en ninguna llevó peligro sobre el marco de Amir. La mayoría fueron mal puestas y la defensa de la Deportiva se mostró muy ordenada y segura. Eso sí, la única concesión del cuadro berciano estuvo a punto de costarle un disgusto. Una mala entrega atrás de Paul Anton en el minuto 35 acabó en pies de Narváez, que se fue hacia puerta y acabó perdiendo el balón en el área ante Pascanu después de que Copete le desequilibrase antes de llegar a la zona de castigo con un leve toque con la cadera.

Las dos porterías no pasaban por apuros reales cuando se llegaba al primer cuarto del encuentro, apenas fuegos de artificio en forma de algún centro sin problema para las dos zagas.

El encuentro se movía sin dueño claro, con un susto de los aragoneses a balón parado al paso por el minuto 29, cuando una falta acababa en los pies de Nieto percutiendo por banda, y su centro raso lo despejaba providencial Copete cuando ya había superado la estirada de Amir.

Por fin terminaba el primer acto, que Vada resumía así: «Hemos hecho una primera parte de mierda».

Dani Ojeda entraba al campo con el inicio de la segunda parte, pero sin modificar los sistemas. Y a los dos minutos, contragolpe de libro en un córner en contra para inaugurar el marcador. Dani Ojeda condujo casi 50 metros a la salida de un córner local para habilitar a Saverio, cuyo disparo se estrellaba en el travesaño botando a un palmo de la línea, pero para cabeza la de Cristian Rodríguez, llegando en carrera, convertía el 0-1.

Quiso reaccionar el Real Zaragoza por la vía rápida y Francés tuvo la mejor de los locales hasta el momento con un balón que se perdía muy cerca del poste del marco berciano. Peligro de los locales, más volcados en la ofensiva, gracias a un centro chut de Juanjo Narváez, muy potente, que sacaba muy bien Amir a córner. JIM hizo un triple cambio ofensivo y la Deportiva comenzó a meterse atrás. Un contraataque local a los 74 minutos acababa en un centro de Narváez adelantándose a Amo, que entró como un mercancías derribándole. Vada engañó a Amir y el empate volvía a campear en el feudo de la capital de Aragón.

Los locales empujaron y Nano Mesa tuvo el triunfo en su cabeza, pero remató a las manos de Amir.

Tras adelantarse en el marcador el equipo berciano se colocó momentáneamente como líder, ya que la UD Almería estaba igualando ante la Real Sociedad B. Al término de la jornada la formación berciana baja a la cuarta plaza y la andaluza es puntera única con tres puntos (22) más que la Deportiva (19).

La próxima cita para el conjunto berciano será el domingo a las 18.15 horas en El Toralín ante un Real Oviedo que en el cierre de la jornada cayó 1-3 ante el Burgos CF en el Carlos Tartiere.