Una temporada en clave desigual
La caza menor entró en acción con la perdiz, liebre y conejo como piezas estrellas Tres meses por delante para mejorar unas previsiones que apuntan a un aprobado
Tres meses por delante y un panorama que se presenta en clave desigual a lo largo y ancho de la provincia. Con ese guión la temporada de caza menor levantaba el pasado 24 de octubre el telón. Lo hacía en una jornada en la que el tiempo acompañó y a la que un buen número de aficionados se apuntaron. Los mismos y muchos más que tienen hasta el 26 de enero tiempo por delante para probar su puntería y dar rienda suelta a su pasión.
Respecto a las piezas estrella, en este caso la perdiz, la liebre y el conejo, la situación apunta en dos de los casos a un aprobado incluso alto y un posible suspenso. Este último centrado en la liebre. Si bien en los últimos años su número parecía haber crecido, en este ejercicio la opción de hacerse con buenas perchas de ella va a resultar complicada. En gran medida porque su población ha bajado afectada por condicionantes sanitarios que han llevado a una mortandad superior a la esperada y deseada. Eso sí, los cazadores no deben desesperar porque en algunos escenarios aún pueden cobrarse piezas.
Su ‘hermano’ el conejo presenta un panorama mejor, aunque no para alcanzar el sobresaliente. El factor sanitario también el ha afectado en forma negativa aunque no tan acusada. Y eso conlleva que aunque no de manera homogénea, en algunos puntos de la geografía provincial la opción de firmar jornadas en positivo se presenta más que factible.
En el caso de la perdiz, se puede decir que las previsiones apuntan a un aprobado alto. Con cría tardía en alguna zona de León a buen seguro podrán encontrarse bandos destacados. Pero no va a ser esa la tónica dominante. Y eso va a condicionar las perchas de los cazadores cuyo número de piezas puede ir en algunos lugares de aceptables a otros, en este caso como viene siendo habitual en los últimos años, a aprobado tirando a notable.
Así se pudo comprobar en la jornada inaugural de la temporada de caza menor en la que en líneas generales las sensaciones y el balance para los que madrugaron fueron positivas.
Con la nueva Ley de Caza en pleno proceso de aplicación (ya lo pudieron comprobar los cazadores en la media veda hace unas semanas), los aficionados tendrán que adaptarse a una normativa que presenta variaciones y nuevos apartados que ya tuvieron que cumplir los cazadores desde la primera jornada cinegética.
Así, tanto los cazadores como los titulares cinegéticos deberán tener en cuenta algunas importantes novedades. La primera de ellas es que la clásica tarjeta de socio o de afiliación al coto deberá incorporar una serie de elementos clave, que no son otros que la información relevante establecida en el plan cinegético vigente del coto: especies objeto de caza, modalidades que se pueden practicar para cada especie, cupos diarios y número de jornadas de caza objeto de autorización.
En definitiva, esta autorización significa que el titular cinegético ha informado al cazador de las condiciones en que puede practicar la actividad conforme al plan cinegético correspondiente, puesto que este documento de planificación, tal y como establece la ley, es el instrumento que rige la gestión de los cotos con el objeto de asegurar el aprovechamiento sostenible y ordenado de las especies cinegéticas que los pueblan, a escala local.
Además, los cazadores deberán cumplimentar una ficha de control de capturas diarias, cuyo objetivo es disponer de un sistema que, contribuyendo al mejor conocimiento del estado de las poblaciones de las especies cinegéticas, avale una gestión sostenible de los recursos cinegéticos de Castilla y León.
Comprendiendo que pueden surgir dudas en cuanto a contenidos y formatos de estas nuevas tarjetas de caza y de las fichas de control de capturas diarias, la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal ha confeccionado modelos orientativos disponibles en la página web de la Junta de Castilla y León