Otra constelación de estrellas visita el Amilivia en noviembre
La competición copera es la tabla a la que quiere asirse el Atlético de Madrid para volver a Europa después de regresar a la Primera División tras dos años en el infierno. Una plantilla completamente renovada con relación a la que logró el ascenso y un técnico del prestigio de Luis Aragonés son atractivos más que suficientes para que el aficionado leonés acuda al estadio Antonio Amilivia. Jugadores como el rumano Cosmin Contra, el sevillano José Mari o el internacional italiano Albertini, todos ellos cedidos por el Milan; el leonés Armando, o los internacionales españoles Javi Moreno y Fernando Torres, son la base de un equipo que quiere consolidarse de nuevo en la máxima categoría, para no pasar apuros en la ronda de dieciseisavos de final del torneo del k.o. frente a la Cultural, aunque al ser a partido único y en campo leonés, todo puede pasar. Sin embargo, el fútbol del combinado colchonero no convence. El sábado consiguió su primera victoria ante su afición tras su vuelta a Primera frente al Rayo Vallecano, aunque el partido en sí fue un auténtico tostón. Pese a ello la mano del sabio de Hortaleza se deja sentir. Los balones a balón parado fueron la clave del triunfo. La estrategia funcionó y con ella llegaron los dos goles de la victoria. Una falta lateral sacada por Albertini habilitó a García Calvo para que sorprendiera entrando desde atrás. El segundo tanto fue al transformar Fernando Torres una pena máxima. Además jugadores de la solvencia del propio García Calvo, Burgos, Correa, Emerson, Luis García, Movilla, Esteban, Aguilera, Hibic o el último en llegar, el canario Jorge, completan una nómina de futbolistas que invitan al espectáculo y a los que no se les puede haber olvidado su oficio. Luis Aragonés no se fía de la Cultural, y aunque asegura que el Atlético de Madrid debe de pasar la eliminatoria porque es superior, se muestra cauto y no quiere ningún tipo de confianzas. En noventa minutos puede pasar de todo y los equipos de categoría superior arriesgan más, al menos en prestigio, porque sobre el papel todos ellos deben de clasificarse.